APRENDIENDO A PERDONAR

APRENDIENDO A PERDONAR

Por: Ivette Godoy

Actualmente, existen estudios científicos que demuestran que la falta de perdón puede afectar a las personas seriamente, causando problemas de salud físicos y psicológicos que todos quisiéramos evitar.

¿A qué persona no la han herido, o a quien no le han dolido profundamente las acciones o las palabras de otra persona? Y peor aún, si estas vienen de parte de alguien a quien amabas y en quien confiabas por completo.  

¿Qué dicen las escrituras acerca del perdón?

En Mateo 18:21-22 Pedro preguntó al Señor diciendo: …Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete”.

Esto podría ser interpretado como setenta por siete, igual a 490 veces, o siete elevado a la setentava potencia, dando como resultado una cantidad imposible de contar. Entonces, Jesús le podría estar diciendo a Pedro que debía perdonar siempre.

Con frecuencia escuchamos la famosa frase: “Perdonar es olvidar”, pero esas palabras están muy lejos de ser una realidad.  

El significado de perdonar según las escrituras es en realidad: “Pasar por alto la ofensa.” Proverbios 19:11 DHH. Es natural que reaccionemos con enojo cuando alguien nos ofende, pues nos sentimos atacados, pero a pesar de la situación, el Señor nos insta a actuar como hijos suyos, a ser prudentes y no dejarnos llevar por el momento.

En la Biblia leemos: “El Señor es tierno y compasivo; es paciente y todo amor. No nos reprende en todo tiempo ni su rencor es eterno; no nos ha dado el pago que merecen nuestras maldades y pecados”.  Salmos 103:8-10 DHH

Nuestro Padre es nuestro mejor ejemplo de compasión, amor y perdón. Él nos ha perdonado todas nuestras transgresiones y el precio que se pagó fue muy elevado, pues la sangre de Su Hijo tuvo que ser derramada, para que pudiéramos alcanzar el perdón y Salvación.

Cuando perdonamos a otros también le demostramos a Dios cuanto le amamos a Él, y que estamos dispuestos a obedecer lo que nos ha mandado a hacer, perdonarnos unos a los otros como dice la escritura: “Sopórtense unos a otros, y perdónense si alguno tiene una queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes”. Colosenses 3:13 DHH

Es posible que nunca olvides la acción que te hirió u ofendió, pero esforzarte para perdonar puede disminuir la influencia que la falta de perdón tiene en ti. Dejar atrás el rencor y la amargura dará lugar a una mejor salud y más tranquilidad a tu vida.

Dios espera que perdonemos a otros, así como hemos sido perdonados por Él.   Perdonar nos libera y nos hace vivir en paz con todos, y cuando perdonamos estamos en paz con Dios.

¡Comparte esta reflexión!

 Dios te guarde en esta semana.

#NuevaMujer #LunesDeReflexión #UnaVozDeDiosParaTi #mujeres #FE #VidaCristiana

Nota:Prohibida la reproducción total o parcial de este material sin previa autorización. ®
Síguenos en:     Visítanos en Facebook

TE INVITO A CELEBRAR

Por: Mariflory Ríos

Salmo 126:3 “Grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros; Estaremos alegres”.

Según el diccionario bíblico, celebración, es la conmemoración gozosa de un acontecimiento, encuentro o situación. Tiene que ver con recuerdo, fiesta, felicitación, regocijo, exaltación, etc., y de alguna forma implica participación, comunidad y acción de compartir, dar y recibir, de relación cordial y solidaria.

Hay fiestas que fueron establecidas por Dios, para que el pueblo de Israel no olvidara los eventos o milagros que Él había hecho con ellos o para ellos. Estas fiestas eran una figura de lo que Jesús iba a hacer en la cruz.

¿Cuáles son estas fiestas?

• LA PASCUA. Deuteronomio 16:1

• LOS PANES SIN LEVADURA. Éxodo 34:18

• LAS PRIMICIAS. Levítico 23:9-14

• PENTECOSTÉS O FIESTA DE LAS SEMANAS (Shavuot). Levítico 23:15-21

• LAS TROMPETAS. Levítico 23:23-24

• EL PERDÓN O EXPIACIÓN. (Yom Kippur) Levítico 16:29

• LOS TABERNÁCULOS. Deuteronomio 16:13

Como humanos somos olvidadizos, pronto dejamos de recordar y agradecer por la provisión de Dios cuando estamos bien o nada nos falta. Dios es el mismo de ayer, hoy y para siempre, y nos seguirá dando Su cuidado, protección, provisión y sanidad, y eso es un gran motivo para mantener el gozo en nuestra vida.

EMOCIONES

La palabra emoción según el diccionario, se deriva del latín “emovere” (e= afuera y movere=mover) Las emociones son un aspecto de la mente. Estas se experimentan dentro del alma, pero tienen una manifestación física, una reacción.

Tenemos muchos motivos para celebrar, pero siempre debemos cuidar que nuestra celebración no sea una «emoción momentánea», como cuando compramos o nos regalan algo que estábamos deseando, al tenerlo por primera vez, existe satisfacción, pero luego, forma parte de lo cotidiano dando siempre por sentado que nunca se va a terminar o que siempre va a estar ahí.

No importa cuánto tiempo tenga ya, lo que usamos la ropa, el carro, la casa, las ollas de la cocina, la cama, el trabajo, la salud, TODO viene de Dios y debemos emocionarnos agradecidas porque podemos disfrutar de ellas.

Es bueno recordar y celebrar con entendimiento, dando siempre gracias, dándole la gloria y honra a nuestro buen Dios por TODO lo recibido, y lo que no hemos recibido, y también debemos dar gracias por lo que pensamos que nos ha quitado, Él es sabio y soberano y conoce lo que es mejor para nosotras.

Job 1:21-22 “y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito. En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno”.

Meditemos un momento ¿Qué ayuda has recibido de Dios en los últimos días? Escríbelas o compártelas con nosotros.

¡Que Dios te bendiga! 🤗💜

#NuevaMujer #LunesDeReflexión #UnaVozDeDiosParaTi #VidaCristiana #CrecimientoPersonal #Fe #Mujeres

LA RESURRECCIÓN DE CRISTO ES EL FUNDAMENTO DE NUESTRA FE

Por Licda. Elizabeth de Herrera

Hace más de dos mil años, un hombre llamado Jesús murió de una manera atroz, fue torturado cruelmente y, según el relato bíblico, en el momento de su muerte se derramó hasta la última gota de su sangre (Juan 19:33-34).

Murió como un delincuente, aunque su vida fue ejemplar y jamás cometió pecado. Luego de su muerte su cuerpo fue depositado en una tumba, pero tres días después de su muerte se produjo el hecho más asombroso de la historia: ¡Jesucristo resucitó! (Lucas 24:1-7)

No ha existido, ni existirá, otra persona de la cual se pueda decir que tenga poder sobre la vida y la muerte, porque éste es un poder que únicamente le pertenece a Dios. Al leer la Biblia nos damos cuenta que unas cuantas personas fueron resucitadas, pero sin lugar a dudas, a cada una de ellas les llegó el momento de morir. Pero al Señor Jesucristo la muerte no pudo retenerlo, Él resucitó y es por ello que creemos en Él.

Hoy, la Resurrección de Cristo es la que da esperanza de vida eterna a todo creyente, y por eso se puede afirmar que toda persona que cree en Él no morirá, sino que pasa de muerte a vida por la eternidad.

La afirmación que Jesús hizo sobre Sí mismo, de ser Hijo de Dios, se confirmó en el momento de su resurrección: “15 Jesús les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? 16 …Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. 17 Y Jesús… le dijo: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.Mateo 16:15-17 LBLA

Si Jesucristo no hubiese resucitado, entonces Él habría mentido al llamarse a Sí mismo el Hijo de Dios; si Jesucristo no hubiese resucitado entonces habría sido imposible que con su muerte pagara el pecado del hombre; si Jesucristo no hubiera resucitado no habría sido posible que la iglesia cristiana creciera incesantemente durante dos mil años y habrían estado equivocados todos aquellos que predican sobre Jesucristo; y los cristianos jamás habríamos podido tener esperanza de salvación y vida eterna.

Por un hombre llamado “Adán” entró la muerte, y por un hombre: Jesucristo, la certeza de la resurrección de los muertos. El Apóstol Pablo dice en 1ª Corintios 15:14 14 Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe.”  Reflexionemos sobre la palabra “vana”. Cuando el apóstol Pablo escribió estas palabras probablemente intentaba trasladar la idea que si Cristo no había resucitado toda la predicación era “vacía de contenido o nula”, es decir, sin ningún poder transformador.

¡JESÚS VIVE!

Aunque en el momento de la resurrección de Jesús no estuvo presente ninguno de sus discípulos, y no hubo ni una sola persona que pudiese dar testimonio de cómo fue que Él resucitó, la Biblia nos relata que fueron cientos de discípulos los que tuvieron encuentros con el Señor Resucitado y ese es el testimonio de Su resurrección que quedó por escrito en el Nuevo Testamento y que ha llegado hasta el día de hoy.

Jesucristo no solamente derrotó a la muerte en ese momento, sino que también derrotó al pecado, puesto que si no hubiese resurrección la fe sería vana y aún estaría el hombre en sus pecados, según lo que dice el apóstol Pablo en 1ª Corintios 15:17 17 y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados.”

Al Señor Jesucristo la muerte no lo pudo retener y con la resurrección de Jesucristo inició la iglesia cristiana. Y es una iglesia que empezó hace más de 2,000 años, con un poco más de cien de personas (según Hechos 1:15), y al día de hoy es una Iglesia que sigue viva, sigue extendiéndose y prosigue enseñando las enseñanzas del Maestro Jesús.

Las enseñanzas dadas por Jesús siguen siendo enseñadas por todo pueblo en donde se predica el Evangelio, y todos los que creemos en el Señor Jesucristo Resucitado debemos practicar estas enseñanzas y vivir la vida guiados por ellas.

Por último, reafirmo que la Resurrección de Cristo es la esencia del mensaje cristiano de esperanza que hoy en día debe seguir transmitiendo la iglesia.

¡ Dios te bendiga !

TRANSFORMADAS A SU IMAGEN

TRANSFORMADAS A SU IMAGEN

Por: Gladis de Arango

Cuando un espejo se mancha y no se ve una imagen clara, es necesario hacerlo pasar por algunos procesos de limpieza, lavarlo, limpiarlo y, cuando las manchas son muy profundas, es mejor pulirlo hasta que vuelva a quedar limpio y así devolverle la nitidez de su estado original.

Eso vino a hacer Cristo a nuestra vida: nos limpió, nos lavó y muchas hemos sido pulidas, para que esa imagen se vaya restableciendo y perfeccionando, hasta que lleguemos a tener la nitidez tal y como fue creada originalmente.

«En cambio, dejen que el Espíritu les renueve los pensamientos y las actitudes. Pónganse la nueva naturaleza, creada para ser a la semejanza de Dios, quien es verdaderamente justo y santo.” Efesios 4:23-24 NTV

Lo que este versículo nos dice es que debemos permitir que El Espíritu Santo renueve nuestros pensamientos y también cambie nuestras actitudes.

En Cristo debemos tener una vida diferente, nuestro interior y exterior debe irse transformando hasta convertirnos en una Nueva Mujer hecha a imagen de Dios, ese cambio tiene que ser integral, para que los que nos rodean puedan verlo y así dar testimonio de Cristo en nosotras.

Habiendo sido amadas y lavadas de nuestros pecados con la sangre de Cristo, lo principal es que amemos a Dios con todo nuestro corazón, así como nos enseñó Su Hijo Jesucristo, que cumplamos sus mandamientos, que pasemos tiempos de intimidad con Él por medio de la oración y adoración, que seamos responsables de conocer y transmitir Su Palabra, que anunciemos el evangelio y además que nuestra vida transformada sea ejemplo de buen testimonio a los que nos rodean.

Para terminar, el rostro puede reflejar belleza si nuestro interior está lleno de amor, gozo, paz, paciencia, amabilidad, bondad, humildad, porque de lo que esté lleno nuestro interior, se reflejará en nuestro exterior.

A través de esa relación estrecha con nuestro Padre, algún día esa imagen será completamente perfeccionada, sin embargo, mientras estemos acá en la tierra, veámonos con los ojos que Él nos ve, valorémonos, amémonos, respetémonos porque fuimos creadas a la imagen de Dios y eso nos hace ser hermosas, tengamos la edad que tengamos, y también es importante ser mujeres que reflejen y contagien el amor de Dios.

“Así que, todos nosotros, a quienes nos ha sido quitado el velo, podemos ver y reflejar la gloria del Señor. El Señor, quien es el Espíritu, nos hace más y más parecidos a él a medida que somos transformados a su gloriosa imagen”.

2 Corintios 3:18 NTV

¡Dios te bendiga! 💜🤗🪻

#NuevaMujer#LunesDeReflexión#UnaVozDeDiosParaTi#Mujeres#VidaCristiana#FE

MUJERES A LOS PIES DE JESÚS

No hay mejor lugar para estar aprendiendo, adorando, alabando, renovando fuerzas, recibiendo gozo y bendición que a los pies de nuestro amado Jesucristo.

Estar, ir o permanecer a los pies de Jesús, es una actitud, que implica una total rendición de nuestra vida ante Él, en súplica, alabanza y adoración.

Leamos, “Pero una mujer que padecía de flujo de sangre desde hacía doce años, y que había gastado en médicos todo cuanto tenía, y por ninguno había podido ser curada… Entonces, cuando la mujer vio que no había quedado oculta, vino temblando, y postrándose a sus pies, le declaró delante de todo el pueblo por qué causa le había tocado, y cómo al instante había sido sanada. Y él le dijo: Hija, tu fe te ha salvado; ve en paz”. Lucas 8:43-48

Lucas 7:37-38: “Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume; y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume”.

La Biblia no nos dice el nombre de estas mujeres, sólo a lo largo de los años se sigue hablando de ellas y lo que hicieron. Una de las mujeres fue a los pies de Jesús porque lo necesitaba. La otra fue a los pies de Jesús para adorarle.

Nosotras igual que ellas podemos estar aquí ahora por cualquiera de las dos razones: porque lo necesito o porque simplemente quiero adorarle.

Cuando busco o necesito ir a los pies de Jesús, debo ir con un corazón limpio, humillado que reconoce su debilidad, su pecado, ante la majestad del Rey de reyes y Señor de señores, pues, sólo teniendo un corazón quebrantado y rendido a Él, voy a encontrar lo que necesito.

Cuando estoy a Sus pies, puedo encontrar sabiduría.  Lucas 10:39-42.

El sentarse a los pies de Jesús, para María tenía un gran propósito ya que esta era la mejor manera de aprender y adquirir conocimiento.

Vivir a los pies de Jesús, es una actitud de tú corazón y te enseña a ser humilde, agradecido y a reconocer que Él es ÉL REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES. Vivir a los pies de nuestro amado Jesucristo, moldeará nuestro carácter, recobraremos fuerzas y nos mantendrá fieles creyendo en Sus promesas.

¿Qué has encontrado a los pies de Jesús? Comenta.

Dios te bendiga, y buen inicio de mes.

#NuevaMujer #LunesDeReflexión #UnaVozDeDiosParaTi  #Mujeres #Reflexión #FE #VidaCristiana