LOS LÍMITES, Y YO, SEGUNDA PARTE


Según la investigadora social, Hill Suitor, dice que el favoritismo es evidente en dos tercios de todas las familias y lo importante es comprender que “el favoritismo” no tiene nada que ver con el amor, aunque le garantiza al favorito ciertos beneficios que los demás no tienen. Especialistas en el tema, señalan que favorecer a los hijos, no sólo afecta a quien se siente excluido, sino también a quienes son favorecidos; expertos en Psicología indican que los niños se crían mejor en aquellas familias en donde el favoritismo no es evidente.
El favoritismo en una familia puede comenzar inocentemente o por algunos motivos especiales, es recién nacido, por enfermedad de algún hijo, hay mejor comunicación, identificación con el mismo sexo, padre con el hijo y la madre con la hija, pero eventualmente puede convertirse en un veneno que ataca la estructura familiar.
Leamos Génesis 37:3 «Jacob amaba a José más que a sus otros hijos porque le había nacido en su vejez. Por eso, un día, Jacob mandó a hacer un regalo especial para José: una hermosa túnica.»
En el tiempo en que nos relata la historia, se acostumbraba a vestir túnicas, la mayoría de las túnicas se cree que eran sencillas, llegaban hasta la rodilla y tenían mangas cortas; la túnica que Israel le regaló a José era probablemente del tipo que usaban los nobles: de manga larga, una túnica con adornos, llegaba hasta el tobillo y tenía muchos colores, el que Israel le regalara una túnica así a José, podía indicar que el padre lo quería designar como futura cabeza de familia, un honor dado normalmente al hijo primogénito.
El problema no era que José fuera especial con Israel su padre, sino que Israel no supo balancear el amor que tenía hacia José para con sus demás hermanos, y lo único que logró fue que José fuera odiado por sus hermanos, a tal punto que los celos que sentían les hicieron pensar en matarlo.
Puede ser que para honrar a alguien, se utilice algún tipo de regalo, en algunas culturas esa es la costumbre, pero en ocasiones dichos regalos son utilizados de una mala manera, donde lo único que se logra es demostrar que TÚ HIJA, eres mi favorita o que TÚ hijo, eres mi favorito; el favoritismo lastima, menosprecia y hace pensar a la otra persona que no vale lo mismo que los demás.
Las repercusiones del favoritismo pueden ser muy negativas, pues cuando ocurre entre hermanos, la rivalidad es evidente y puede hasta causar daño al matrimonio y que el hijo menos favorecido manifieste actitudes como desobediencia, frustración, rebeldía, rechazo, etc., emocionalmente se verá afectado, se inclinará más a la soledad y depresión y con el tiempo por buscar aceptación, se dejará manipular por cualquier persona que le ofrezca un poco de ella; por otro lado, el hijo favorito también puede ser afectado en su personalidad, puede desarrollar actitudes negativas por el exceso de atención y protección, puede llegar a depender de quien le ha protegido, llegando a ser absolutamente dependiente de papá o mamá, al grado de no tener una identidad propia.
Como padres se nos fue encomendada una responsabilidad muy importante, Dios nos dio la gran bendición de poder tener hijos, pero así también, tenemos el trabajo de educarlos y enseñarles a amar a Dios primeramente y amarse entre hermanos, dice la Biblia en Proverbios 22:6 “Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”.
Génesis 25:28 dice: “Y amó Isaac a Esaú, porque comía de su caza; mas Rebeca amaba a Jacob.” Leyendo este pasaje bíblico podemos darnos cuenta que el favoritismo existía en esta familia y se manifestó causando conflictos y sufrimientos, problemas que nosotras podemos evitar.
“Porque con Dios no hay favoritismos”. Romanos 2:11 (NVI)
La Palabra de Dios nos enseña que Dios es justo por naturaleza, no nos va a tratar diferente por una posición, riqueza, influencia, etc.
Como padres no debemos cometer los mismos errores que posiblemente cometieron nuestros padres con nosotras, pongamos en práctica lo que la Biblia dice y toma como ejemplo el mismo amor que Dios aplica contigo cada día como su hija, acuérdate que Dios nunca te hará a un lado, siempre te estará esperando con los brazos abiertos, no importa que hayas hecho algo bueno o que hayas hecho algo malo, ten siempre presente lo que dice la Biblia en Mateo 5:45.
En conclusión: El favoritismo causa mucho daño a la familia y ha sido un problema de los seres humanos, nosotras como discípulos de Jesús, debemos valorar a nuestros hijos y a las demás personas a nuestro alrededor sobre la base de lo que son, porque Jesús también pagó un precio por ellos, no sobre lo que tienen o eran.
Que el amor de Dios que habita en ti, te conduzca a hacer lo que es justo y equitativo con cada hijo para que cada uno de ellos se sienta amado, aceptado y se desarrolle normalmente en el seno de la familia que Dios les ha dado.


Nuestra vida es como una planta que necesita luz, agua, cuidados, un clima adecuado para poder vivir. Nosotras también debemos ocuparnos en tener los ingredientes adecuados para que nuestra vida se desarrolle en armonía.
En el libro de Eclesiastés el rey Salomón describe una serie de situaciones que en su vida él consideró importantes y al ir envejeciendo, vio lo inútil, de los extremos, (sin equilibrio), y comprendió que la vida sin Dios no tiene valor.
“Todo sucede a su debido tiempo. Sin embargo, Dios puso en la mente humana la habilidad de entender el paso del tiempo, aunque nadie alcanza a comprender la obra de Dios desde el principio hasta el fin.” Eclesiastés 3:11.
Para llevar una vida equilibrada te aconsejamos:
– Trabaja cuando sea tiempo de trabajar,
– duerme cuando sea tiempo de dormir;
– juega más, especialmente con los que amas;
– lee más libros y ve menos televisión;
– comparte tiempo con tus seres queridos, llámalos por teléfono, escríbeles;
– come alimentos saludables; toma mucha agua y sal a caminar; no pierdas el tiempo quejándote;
– sonríe más;
– no tengas muchos compromisos, tú conoces tus límites;
– ORA CADA DÍA, E INCLUYE TIEMPO PARA ESCUCHAR LA VOZ DE DIOS, LEE SU PALABRA.
Hagamos una retrospectiva de nosotras mismas, miremos hacia dentro de nuestro ser y de nuestros pensamientos, ¿realmente buscas con amor lo que Dios te manda en Su Palabra? ¿Te esfuerzas por saber que demanda de ti? ¿Luchas contra ti misma por ponerla en práctica?
Hemos de volver al fundamento de nuestra vida, no es que no estemos en Jesús, es que muchas veces estamos a medias, y para estar en Jesús, para parecernos a Él, necesitamos arrancar lo que a Dios no le agrada, Gálatas 5:19-21, y hacer una nueva siembra, Gálatas 5:22-23.
Dile con tus cambios cuanto le amas no sólo de palabra sino de hechos, tu diario vivir le debe de gritar te amo, obedezco tu ley; Juan 14:15.
Por útimo, te animamos a exhortarnos unas a otras a no desalentarnos por las diferentes circunstancias o problemas por las que muchas veces nos toca pasar. Y busquemos el equilibrio en nuestra vida.

El crecimiento en la vida del creyente no puede detenerse, debe ser constante y permanente para alcanzar la madurez, porque si se detiene se puede caer en el peligro de la inmadurez. Es un proceso en el que crecemos, ¿hacia qué? Una vida diferente, una vida que agrade a Dios, una vida en la que nos parezcamos cada día más a su Hijo Jesús.
¿Qué es madurez?, en el diccionario encontramos sinónimos como: criterio, discernimiento, discreción, razón, sabiduría, prudencia, juicio, experiencia, equilibrio, seriedad, formalidad.
¿Qué es inmadurez?, juventud, precocidad, imprudencia, desequilibrio, irresponsabilidad, atolondramiento.
Podemos decir que ser mujeres maduras implica tener en nuestra vida las cualidades que se mencionan en madurez y abandonar las de inmadurez; por ejemplo: soy madura cuando respondo de la manera correcta ante alguna situación difícil, en un chisme, de manera tranquila lo evado o lo soluciono, o reacciono de manera inmadura, haciendo el chisme más grande.
En el Antiguo y Nuevo Testamento encontramos diferentes ejemplos de personas que no tenían en su humanidad, nada diferente a nosotras, sin embargo, la actitud y decisión tomada hizo una gran diferencia, como lo podemos hacer nosotras en nuestro tiempo en comparación con las personas que no conocen a Jesús.
La conducta de los siervos de Dios nos enseña acerca de lo importante que es depender de Dios, pues, cuando no se hace de esta manera cualquier cosa puede pasar, menos la voluntad de Dios.
También es importante darnos cuenta que en diferentes épocas de su vida estos siervos de Dios pasaron por momentos en que la madurez o inmadurez surgieron en su vida.
Romanos 12:1-3 dice: Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional [madurez]. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento [madurez], para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener [madurez], sino que piense de sí con cordura [madurez], conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.