LOS LÍMITES, Y YO, SEGUNDA PARTE

LOS LIMITES Y YO2

CONTINÚA TEMA DE LA SEMANA PASADA… 
En el tema anterior estudiamos como Dios instituyó límites en toda Su creación con el propósito de protegernos a nosotras mismas y cuando alguien traspasa los límites establecidos se expone a ser dañado. Una de las relaciones más importantes en la sociedad es la relación del matrimonio. Y aquí también es importante conocer los límites que Dios estableció en Su Palabra.
 
LOS LÍMITES INADECUADOS EN LA RELACION CONYUGAL PRODUCEN PROBLEMAS:
Una de las relaciones más importantes en la sociedad es el matrimonio. Al matrimonio generalmente, se llega de manera voluntaria a ser una sola carne, por lo que es fácil confundir los límites. El propósito en la relación conyugal no es ser dos sino uno, no yo, sino nosotros y no mío sino nuestro. Las buenas relaciones conyugales requieren de trabajo, esfuerzo y buena voluntad, un matrimonio estable y saludable se construye a base de valores que lo sostienen. Los valores bíblicos producen relaciones matrimoniales adecuadas con límites apropiados.
 
 La Biblia nos enseña principios para construir límites apropiados que enriquecen la vida matrimonial:
• El amor pone límites saludables. El respeto y el amor hacia mi pareja son la base de límites saludables.
• Los valores bíblicos producen límites adecuados. Dios nos ha dado un manual que protege nuestra vida.
• La honestidad. El valor de la honestidad fortalece las relaciones y los límites.
• La compasión y el perdón, ya que como seres imperfectos vamos a cometer errores. Colosenses 3: 13-14.
• La Santidad. Tener un corazón santo permite límites adecuados para relaciones saludables.
• Buscar ayuda y consejo para resolver problemas y afirmar la relación. Proverbios 11:14.
 
LOS LÍMITES Y MIS AMISTADES:
Muchas personas prefieren no tener amistades porque han sido heridas, piensan que no se puede confiar en nadie y es mejor estar sola. Una persona sin buenas amistades no disfruta del compañerismo, apoyo ni ayuda que necesita toda persona. Proverbios 17:17. También es importante saber poner límites en nuestras relaciones de amistad.
 
Existen amistades que controlan: Algunas relaciones de amistad se caracterizan porque existe una persona que controla y la otra que es complaciente. Esta condición daña la relación pues la persona complaciente se siente intimidada. Se debe confrontar a la amiga y poner en práctica Mateo 18:15-17.
 
• Muchas amistades se basan en el abuso: Estas amistades manipulan y creen que sus amigas están para servirla todo el tiempo, esta persona tiene problema de límites, porque no piensa en las actividades o necesidades de la otra persona. El resultado de esa amistad es un sentimiento de frustración, victimización y resentimiento. Esta clase de amistad se debe confrontar, considerar y poner límites. Proverbios 27:5
 
En la Biblia se encuentra un buen ejemplo de amistad verdadera entre David y Jonatán.
 
 SOY RESPONSABLE DEL DOMINIO PROPIO DE MÍ SER:
 
Tener dominio sobre nuestra vida interior es clave para tener una vida saludable.
Nuestras emociones y sentimientos es posesión valiosa que debemos cuidar y también dominar. Proverbios 4:23 “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.”
El poner límite a nuestro corazón guarda nuestra vida. Las emociones y sentimientos enriquecen la vida. ¿Te puedes imaginar al ser humano sin sentimientos ni emociones? Nos fueron dados para que pudiéramos gozar de la vida; sin embargo, tenemos sentimientos positivos y negativos. Recuerda que el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, bondad, etc. Pero las obras de la carne son celos, ira, contiendas, envidias, etc.
 
Muchas veces creemos que los sentimientos no deben expresarse sino reprimirse y de esa manera controlarlos, sin embargo, cuando los reprimimos, los estamos escondiendo y pretendiendo que no existen, y así nos mentimos a nosotras mismas. Tener control de nuestros sentimientos significa reconocer que los sentimientos, aunque sean desagradables o negativos, podemos controlarlos y tratar con ellos, sometiéndolos a la obediencia a Dios. De esa manera estamos siendo sinceras con nosotras mismas, y “poniendo límites” a nuestra alma. Proverbios 25:28 “Como ciudad derribada y sin muro Es el hombre cuyo espíritu no tiene rienda”.
La Palabra de Dios nos enseña que nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, y debemos ponerle límites. 1 Corintios 6:19-20. Los problemas más comunes de límites del cuerpo puede ser el sexo desordenado, desórdenes en la alimentación, la lengua sin control, la falta de descanso etc. Gálatas 5:19-21; Cuando no nos ajustamos a los límites en cuanto a nuestro cuerpo, esto nos causa grandes problemas en todas las áreas de nuestra vida.
En conclusión, es necesario permanecer en los límites establecidos por Dios en Su Palabra. Además basadas en esos límites, también nosotras debemos poner límites claros en todas nuestras relaciones y así poder tener vidas saludables. A veces no es agradable hacerlo, pues implica morir a nuestros deseos o sentimientos, pero necesario para poder vivir en paz y armonía con nosotras y las personas que nos rodean.
 
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FAVORITISMO EN LA FAMLIA

FAVORITIDMO EN LA FAMILIA

Según la investigadora social, Hill Suitor, dice que el favoritismo es evidente en dos tercios de todas las familias y lo importante es comprender que “el favoritismo” no tiene nada que ver con el amor, aunque le garantiza al favorito ciertos beneficios que los demás no tienen. Especialistas en el tema, señalan que favorecer a los hijos, no sólo afecta a quien se siente excluido, sino también a quienes son favorecidos; expertos en Psicología indican que los niños se crían mejor en aquellas familias en donde el favoritismo no es evidente.

El favoritismo en una familia puede comenzar inocentemente o por algunos motivos especiales, es recién nacido, por enfermedad de algún hijo, hay mejor comunicación, identificación con el mismo sexo, padre con el hijo y la madre con la hija, pero eventualmente puede convertirse en un veneno que ataca la estructura familiar.

Leamos Génesis 37:3 «Jacob amaba a José más que a sus otros hijos porque le había nacido en su vejez. Por eso, un día, Jacob mandó a hacer un regalo especial para José: una hermosa túnica.»

En el tiempo en que nos relata la historia, se acostumbraba a vestir túnicas, la mayoría de las túnicas se cree que eran sencillas, llegaban hasta la rodilla y tenían mangas cortas; la túnica que Israel le regaló a José era probablemente del tipo que usaban los nobles: de manga larga, una túnica con adornos, llegaba hasta el tobillo y tenía muchos colores, el que Israel le regalara una túnica así a José, podía indicar que el padre lo quería designar como futura cabeza de familia, un honor dado normalmente al hijo primogénito.

El problema no era que José fuera especial con Israel su padre, sino que Israel no supo balancear el amor que tenía hacia José para con sus demás hermanos, y lo único que logró fue que José fuera odiado por sus hermanos, a tal punto que los celos que sentían les hicieron pensar en matarlo.

Puede ser que para honrar a alguien, se utilice algún tipo de regalo, en algunas culturas esa es la costumbre, pero en ocasiones dichos regalos son utilizados de una mala manera, donde lo único que se logra es demostrar que TÚ HIJA, eres mi favorita o que TÚ hijo, eres mi favorito; el favoritismo lastima, menosprecia y hace pensar a la otra persona que no vale lo mismo que los demás.

Las repercusiones del favoritismo pueden ser muy negativas, pues cuando ocurre entre hermanos, la rivalidad es evidente y puede hasta causar daño al matrimonio y que el hijo menos favorecido manifieste actitudes como desobediencia, frustración, rebeldía, rechazo, etc., emocionalmente se verá afectado, se inclinará más a la soledad y depresión y con el tiempo por buscar aceptación, se dejará manipular por cualquier persona que le ofrezca un poco de ella; por otro lado, el hijo favorito también puede ser afectado en su personalidad, puede desarrollar actitudes negativas por el exceso de atención y protección, puede llegar a depender de quien le ha protegido, llegando a ser absolutamente dependiente de papá o mamá, al grado de no tener una identidad propia. 

Como padres se nos fue encomendada una responsabilidad muy importante, Dios nos dio la gran bendición de poder tener hijos, pero así también, tenemos el trabajo de educarlos y enseñarles a amar a Dios primeramente y amarse entre hermanos, dice la Biblia en Proverbios 22:6 “Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”.

Génesis 25:28 dice: “Y amó Isaac a Esaú, porque comía de su caza; mas Rebeca amaba a Jacob.” Leyendo este pasaje bíblico podemos darnos cuenta que el favoritismo existía en esta familia y se manifestó causando conflictos y sufrimientos, problemas que nosotras podemos evitar.

 “Porque con Dios no hay favoritismos”. Romanos 2:11 (NVI)
La Palabra de Dios nos enseña que Dios es justo por naturaleza, no nos va a tratar diferente por una posición, riqueza, influencia, etc.

Como padres no debemos cometer los mismos errores que posiblemente cometieron nuestros padres con nosotras, pongamos en práctica lo que la Biblia dice y toma como ejemplo el mismo amor que Dios aplica contigo cada día como su hija, acuérdate que Dios nunca te hará a un lado, siempre te estará esperando con los brazos abiertos, no importa que hayas hecho algo bueno o que hayas hecho algo malo, ten siempre presente lo que dice la Biblia en Mateo 5:45.

En conclusión: El favoritismo causa mucho daño a la familia y ha sido un problema de los seres humanos, nosotras como discípulos de Jesús, debemos valorar a nuestros hijos y a las demás personas a nuestro alrededor sobre la base de lo que son, porque Jesús también pagó un precio por ellos, no sobre lo que tienen o eran.

Que el amor de Dios que habita en ti, te conduzca a hacer lo que es justo y equitativo con cada hijo para que cada uno de ellos se sienta amado, aceptado y se desarrolle normalmente en el seno de la familia que Dios les ha dado.

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DE LA INMADUREZ A LA MADUREZ

DE LA INMADUREZ A LA MADUREZ

El crecimiento en la vida del creyente no puede detenerse, debe ser constante y permanente para alcanzar la madurez, porque si se detiene se puede caer en el peligro de la  inmadurez. Es un proceso en el que crecemos, ¿hacia qué? Una vida diferente, una vida que agrade a Dios, una vida en la que nos parezcamos cada día más a su Hijo Jesús.

¿Qué es madurez?, en el diccionario encontramos sinónimos como: criterio, discernimiento, discreción, razón, sabiduría, prudencia, juicio, experiencia, equilibrio, seriedad, formalidad.

¿Qué es inmadurez?, juventud, precocidad, imprudencia, desequilibrio, irresponsabilidad, atolondramiento.

Podemos decir que ser mujeres maduras implica tener en nuestra vida las cualidades que se mencionan en madurez y abandonar las de inmadurez; por ejemplo: soy madura cuando respondo de la manera correcta ante alguna situación difícil, en un chisme, de manera tranquila lo evado o lo soluciono, o reacciono de manera inmadura, haciendo el chisme más grande.

En el Antiguo y Nuevo Testamento encontramos diferentes ejemplos de personas que no tenían en su humanidad, nada diferente a nosotras, sin embargo, la actitud y decisión tomada hizo una gran diferencia, como lo podemos hacer nosotras en nuestro tiempo en comparación con las personas que no conocen a Jesús.

La conducta de los siervos de Dios nos enseña acerca de lo importante que es depender de Dios, pues, cuando no se hace de esta manera cualquier cosa puede pasar, menos la voluntad de Dios.

También es importante darnos cuenta que en diferentes épocas de su vida estos siervos de Dios pasaron por momentos en que la madurez o inmadurez surgieron en su vida.

  1. Moisés:   Éxodo 2:11-12, Números 12:2-3, Éxodo 17:6, Números 20:7-12.
  2.  Ana: 1ª. Samuel 1:1-20
  3.  Pedro: un pescador: Mateo 16:23, Juan 21:15-17.

Romanos 12:1-3 dice: Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional [madurez]. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento [madurez], para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener [madurez], sino que piense de sí con cordura [madurez], conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.

Esta clase de transformación sólo puede ocurrir a medida que el Espíritu Santo se revela a nuestra vida con conocimiento de las verdades de Dios  y así cambiamos nuestra manera de pensar y hacer las cosas mediante el estudio y conocimiento de la Palabra de Dios, no podemos tener madurez espiritual de la noche a la mañana. Sólo vendrá al entrenar nuestra mente para entender la verdad de la Palabra de Dios y hacerla viva en nuestra vida, de lo contrario, sólo se quedará en buenos deseos pero no habrá cambio.

 

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LA GRACIA DE DIOS

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La gracia es el favor voluntario, amoroso y misericordioso que da Dios a sus hijos.   Viene sólo por la misericordia y el gran amor de Dios. Debemos reconocer que sólo hay un camino que nos lleva a disfrutar de esa gracia que es a través de Jesucristo.

 Hoy hablaremos de cómo se manifiesta la gracia de Dios a nuestra vida.

Somos salvos por la Gracia de Dios: 

Efesios 2:8 dice:Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;”

Llegamos a ser hijos de Dios mediante la gracia inmerecida de Dios, no como el resultado de algún esfuerzo, habilidad, elección sabia o acto de servicio a otros de nuestra parte.

Sin la gracia de Dios nadie puede salvarse, en el versículo 6 de Efesios capítulo 1 en la segunda parte dice: “con la cual nos hizo aceptos en el Amado”, esto significa que Dios nos aceptó por gracia a pesar que no lo merecíamos, ahora somos llamados hijos de Dios por el sacrificio de Jesús. 

Somos perdonados por la Gracia de Dios:

En el Salmo 32:1-5 El rey David expresa el gozo del perdón, Dios lo había perdonado por los pecados que había cometido con Betsabé; el perdón ha sido siempre parte de la naturaleza amorosa de Dios demostrándolo al mundo entero a través de su hijo Jesús.

Somos usados por la Gracia de Dios:

Cuando Pablo se convirtió en ministro, siervo de Dios, siempre tuvo claro que lo que él hacía era por la gracia de Dios, por eso él se describe como “menos que el más pequeño de todos los santos” con estas palabras quiere expresar que, sin la ayuda de Dios él jamás hubiera podido cumplir con la obra que le fue encomendada.

“Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo.”

1 Corintios 15:10

A menudo muchas personas al ver el poder de Dios actuando a través de ellas se olvidan de quién dependen y dan lugar al orgullo y la soberbia, olvidando que si no fuera por la gracia de Dios nada podrían hacer. Nuestra función es ser fieles a Dios y buscar siempre Su voluntad, siendo buenas administradoras de los dones que Él nos ha dado, no olvidando que es por gracia que podemos hacer las obras que nos ha encomendado.

De gracia recibisteis dad de gracia:

Mateo 10:5-8, Jesús enseñó a sus discípulos un principio muy importante que les sería útil para toda la vida de gracia recibisteis, dad de gracia, así como Dios ha derramado sus bendiciones sobre nosotras, nosotras también debemos de dar a otras con generosidad, tiempo, amor o cualquier otra ayuda.

Cuando Dios nos bendice, Él espera que nosotras podamos ser de bendición para otros y otras, que no nos aferremos a lo que Él nos da, ya que Él es el único dueño de todo cuánto poseemos, siempre tendremos la oportunidad de compartir de las bendiciones que Dios nos da cada día, no nos limitemos a experimentar tan valioso principio “de gracia recibisteis, dad de gracia.

En conclusión: La Gracia de Dios es algo que no podemos definir exactamente, necesitamos experimentarla y la recibimos por fe, cuando recibimos a Jesús en nuestro corazón, es eso lo que nos impulsa a obedecerlo y anhelar hacer Su voluntad en gratitud por habernos dado salvación y habernos librado del castigo de la ley y de la esclavitud del pecado. Dios nos salvó para alabanza de la gloria de Su nombre.

LA MEJOR HERENCIA

Como padres deseamos dejar una buena herencia a nuestros hijos y por lo tanto nos esforzamos en trabajar, invertir, en ahorrar con el propósito de que para nuestros hijos las cosas sean más fáciles de lo que fueron para nosotros, económicamente hablando.

Pero hay una herencia que puede ser mejor que cualquier casa, cualquier joya o cuenta bancaria, etc., esta herencia es la Fe en nuestro Señor y Dios.

Sin embargo, la fe no es algo que se pueda heredar a través de un simple documento, o por cualquier otro medio legal. Nuestros hijos tampoco serán herederos de la fe simplemente porque nosotros seamos cristianos o porque “nacieron en la gracia”, en un hogar cristiano.

  1. UNA FE PERSONAL:  Lee 2a. Timoteo 1:3-5

Cuando Pablo le escribió esta carta a Timoteo, Pablo menciona que tanto Eunice su mamá, como Loida su abuela tenían una fe no fingida, es decir que no solamente aparentaban o mostraban una fe con acciones externas, sino que su Fe en El Señor era sincera.

En cada iglesia, y probablemente en cada familia, existen “costumbres religiosas”, es decir actos que hacemos de manera repetitiva porque eso está bien visto en la comunidad religiosa a la que asistimos. Pero ¿cómo actuamos en casa? En esos momentos cuando solamente nuestros hijos están presentes y nos ven actuar o hablar de manera diferente de cómo lo hacemos frente a los hermanos de la iglesia o en la calle.

Los hijos que escuchan a los padres hablar, o predicar, sobre los principios y valores bíblicos, pero ven que en el momento de tener problemas o de enfrentarse a situaciones difíciles no actúan conforme a lo que les han escuchado hablar o predicar, caerán en confusión. Esta es una Fe que la mayoría de hijos no querrán recibir como herencia, puesto que se basa en las apariencias y los hijos no pueden ver la intervención divina en la vida de sus padres.

  1. PERMANECER EN ÉL:     Lee Juan 15:5

Permanecer en El Señor no es simplemente ir al grupo de Nueva Mujer cada semana, ir a la iglesia todos los domingos, asistir a cada una de las reuniones que hay en la iglesia durante la semana, conocer los cantos o llamar a los hermanos “hermana Carmen” o “hermano Juan”.

Cada una de estas acciones son acciones externas que practica un cristiano, pero El Señor está más interesado en nuestro interior, en la convicción que tengamos de que Él es El Señor y que nosotras solamente somos siervas que buscamos hacer Su voluntad.

Nuestra familia, hijos o nietos, y personas alrededor nuestro, podrán ver que nuestro cristianismo no es solamente externo, sino que es algo en lo que creemos y que por lo tanto nosotras vivimos, el cristianismo, actuamos como una verdadera creyente sujetando nuestras pasiones a la voluntad de Jesucristo quien nos mostró con su vida cuál debe ser nuestra manera de vivir.

  1. SER LUZ:  Lee Mateo 5:14-16

Como cristianas nos toca que relacionarnos con personas que, o se burlan de nuestra fe, o que por lo menos no creen que seamos seguidores de Cristo, o que aborrecen a quienes son cristianos. Esto puede suceder dentro de nuestra propia familia, o en el trabajo, etc.

El comportamiento que nosotros tengamos con estas personas, o delante de ellas demostrará cuál es nuestra verdadera fe. Si a pesar de que ellos nos ofendan, nosotros seguimos mostrándonos calmados e incluso amables, sin devolver la ofensa, estaremos dando testimonio que creemos que el poder de Jesucristo se manifiesta en nuestras vidas para mostrar que no creemos en Jesucristo solamente de palabra, sino que descansamos en Él para que nos guíe en el comportamiento que debemos mostrar: ser luz para que nuestro Padre sea glorificado.

En conclusión, cuando nuestra fe es puesta a prueba delante de los hombres, usualmente viene a nuestra mente que de todo lo que hagamos daremos cuenta a Dios, pero también recordemos que a cada paso que damos nuestra familia está observándonos y es nuestra responsabilidad delante de Dios dejarles el legado de la mejor herencia, la Fe en el Señor Jesucristo.

 LA mejor herencia