LA PARÁBOLA DE LA SEMILLA DE MOSTAZA
Por: Lcda. Eunice Sabaján de Calderón
En la Parábola de la Semilla de Mostaza, Jesús enseña utilizando la naturaleza para mostrar a qué se parece el Reino.
Dice: “Otra parábola les refirió, diciendo: El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo; el cual a la verdad es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas.” Mateo 13:31-32
La semilla de mostaza es muy pequeña, pero cuando germina tiene la capacidad de crecer como un árbol frondoso y dar fruto. Este árbol ilustra el poder gradual y expansivo del reino de Dios, nos hace referencia al crecimiento que también nuestra vida debe tener, y los beneficios que podemos brindar a las personas a nuestro alrededor.
CRECER
La interpretación de la parábola puede variar, pero regularmente se aplica a las personas: desde su nacimiento en Cristo hasta su crecimiento en el espíritu y su capacidad de dar fruto.
El teólogo Dr. Samuel Pagán, cita que la transformación de la semilla, que va desde la pequeñez extrema hasta llegar a un árbol frondoso y grande, apunta hacia el triunfo definitivo del evangelio de Jesús, representando el mensaje del Reino. (Pagan, 2021). (p.89)
La parábola hace comprender que esa semilla del Reino ha de crecer de tal manera que no puede ocultarse y las personas tienen que notarlo. Aunque la semilla de mostaza es muy pequeña, tendrá un desarrollo, el crecimiento que se hace realidad en la voluntad de Dios.
El punto principal de la parábola es revelar que Jesús representa el Reino de Dios que se hace realidad en Su vida y enseñanzas. Lo que puede comenzar de forma sencilla y modesta, si es parte del Reino y la voluntad divina, puede crecer de forma notable, y llegar a ser una experiencia de descanso y salud.
Para finalizar, nosotras también tenemos oyentes a nuestro alrededor y de alguna manera hemos captado su atención, nuestra vida puede ser una parábola para los que nos observan, y debemos ser conscientes que, con nuestra manera de hablar y comportarnos, también estamos modelando lo que es el Reino de Dios por el cual hemos sido alcanzadas.
Dios te bendiga, ¡feliz inicio de semana! ![]()
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