Por: Wendy Solares de Contreras

La Biblia define como Pureza lo opuesto a la suciedad, lo contaminado; es un estado del corazón completamente reservado para Dios, libre de toda contaminación del mundo, sin otros intereses, dedicado a buscar y caminar en la voluntad de Dios.

Quien practica PUREZA encuentra armonía con la naturaleza y carácter de Dios porque Él es Puro y Santo.

Dios es Puro y en Él no hay mezcla, se mantiene en su estado de integridad, sin contaminación, sin nada más de lo que realmente es, en Él no existe término medio o parcialidad, ¡ES TOTALMENTE PURO!

Su deseo es que seamos tal como Él es, ¡puro! y de esta forma seamos fuertes y permanentes en medio de cualquier circunstancia. 1 Juan 3:2-3 “…Pero sabemos que cuando Él se manifieste, seremos semejantes a Él, porque le veremos tal como Él es. Y todo aquel que tiene esta esperanza en Él, se PURIFICA A SÍ MISMO, ASÍ COMO Él es Puro”.

Cuando nosotras reconocemos a Jesús como nuestro Señor y Salvador, nuestro deseo es dejar de hacer, de pensar las cosas malas, impuras, en las que solíamos pensar o hacer, en el camino vamos aprendiendo que debemos renovar nuestra mente, (Rom. 12:2) y sólo de la mano de Dios podemos tener un corazón puro que nos permita ser templo del Espíritu Santo.

Nuestro esfuerzo es importante para cuidar nuestra vida en este proceso, veamos algunas áreas que consideramos importantes.

• PUREZA EN TU CORAZÓN:

En Proverbios 4:23 leemos: “Ante todo, cuida tus pensamientos porque ellos controlan tu vida”.  (PDT)

Es importante que revises que sentimientos guardas en tu corazón, ¿resentimiento, enojo, egoísmo, venganza, etc.?

• PUREZA SEXUAL:

La palabra “pureza” en griego, se refiere a mantenerse impecablemente puro sexualmente.

Debemos estar conscientes que la pureza sexual en nuestra vida es fundamental para caminar con Dios, seamos jóvenes, mayores, solteras, casadas, viudas, la pureza sexual es un requisito. “La voluntad de Dios es que ustedes sean santificados, que se aparten de toda inmoralidad sexual”.  1 Tesalonicenses 4:3 (RVC)

El llamado de atención para cada una es cuidar nuestra vida. ¿Cómo? apartándonos del pecado, (lo que desagrada a Dios), si no sabemos cómo hacerlo, podemos buscar ayuda.

Para finalizar, de la manera en que procuramos escoger lo mejor, lo que consideramos puro a nuestros ojos, debemos esforzarnos por mantenernos puras delante de Dios, apartando nuestros ojos, nuestros oídos, nuestra boca y nuestra mente de lo que este mundo nos ofrece y presenta como lo mejor, lo brillante, lo último, lo que está de moda, lo que hay que probar.

Debemos conocer la Palabra de Dios, reconocer la voz del Espíritu Santo que nos guía, nos fortalece y nos aparta del pecado.

“BIENAVENTURADOS LOS DE LIMPIO CORAZÓN, PORQUE ELLOS VERÁN A DIOS”. Mateo 5:8

💜 ¡Dios te bendiga! Nueva Mujer💜

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