
EQUIPAJE LIVIANO
Por: Lcda. Susy de Aldana
Cada vez que emprendemos un viaje, nos toca arreglar nuestro equipaje y decidir “qué cosas vamos a llevar en nuestra maleta” a algunas personas nos gana la emoción o la ilusión de “por si acaso” y metemos muchas cosas que tal vez ni siquiera llegamos a utilizar, que solamente ocupan espacio y nos hacen más pesada la maleta, sabiendo que al viajar con un equipaje liviano hasta nos ahorramos costos.
Lo mismo ocurre todos los días de nuestra vida mientras vamos en este peregrinaje hacia el encuentro con nuestro Creador, todas vamos cargando de un lado a otro una maleta, cada una la tiene llena con lo que quiere, tal vez sean cosas innecesarias, pueden ser cargas muy pesadas, dolorosas, difíciles, o lo que el mundo nos impone, que muchas veces sólo nos estorba; hoy meditaremos sobre la manera más sabia de soltar esas cargas pesadas y poder seguir avanzando por la vida de una manera más ágil y liviana.
El mejor ejemplo de “carga” lo encontramos en el libro de Números 11:11-12. Jehová le había dado una gran responsabilidad a Moisés, lo escogió para liderar y guiar al pueblo de Israel hacia la tierra prometida, pero el pueblo se quejaba de todo y cuando le pedían más de comer y beber, a Moisés le resultó una carga muy pesada.
Versículo 14 dice: 14 ¡Yo solo no puedo soportar a todo este pueblo! ¡Me es una carga demasiado pesada!
Aunque el trabajo arduo o la falta de sueño hacen que nos sintamos cansadas, existe una fatiga profunda que va más allá del cansancio físico, es ese agotamiento emocional que viene de experimentar cargas pesadas y crisis agotadoras como: dolor, sufrimientos, enfermedades, separación, falta de perdón, temores, crisis emocionales o el propio pecado.
Muchas veces retenemos o luchamos por mucho tiempo por quitarnos esas cargas, ese peso de encima, y andamos por la vida buscando ayuda para alivianarnos ante tanta fatiga, y algunas veces corremos a los lugares o personas equivocadas que muchas veces sólo nos ofrecen soluciones pasajeras o ciertos distractores.
La buena noticia es que ¡Jesús ofrece llevar la carga con nosotras!
COMO ALIGERAR NUESTRA CARGA
– El perdón aligera la carga: Proverbios 17:22
– Aprendamos a sobrellevar el yugo del Señor. Mateo 11:28-30 nos dice claramente “Vengan a mí. Lleven mi yugo sobre ustedes, y aprendan de mí”.
Él nos dice vengan, acérquense a mí en todo momento, a toda hora.
– Ponte a cuentas con el Señor y pídele perdón por cada una de tus faltas. Reconozcamos al igual que el rey David en el Salmo 38:4 Mi pecado pesa sobre mi cabeza; ¡es una carga que ya no puedo soportar! (RVC)
Para finalizar, detengámonos y revisemos lo que venimos arrastrando en la maleta, dejemos a los pies de Dios todo ese peso que traemos encima, el rencor, el dolor, personas que no suman a nuestra vida, los malos recuerdos, las preocupaciones, etc., porque cuando aprendamos a sobrellevar el yugo del Señor, empezaremos a cargar en nuestra maleta solo lo necesario, lo que edifica, lo que suma a nuestra vida y nos daremos cuenta de lo maravilloso que se siente viajar por la vida con un equipaje liviano.
Recuerda no estamos solas durante este viaje, “Bendito sea el Señor, nuestro Dios y Salvador, que día tras día sobrelleva nuestras cargas”. Salmo 68:19 NVI
¡Dios te bendiga! 💜🤗
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