LA UNIDAD
Por: M.Th. Magda de Custodio
La unidad es unión, concordancia, conformidad. También es la propiedad de todo ser, en virtud de la cual no puede dividirse sin que su esencia se destruya o altere. Asimismo, es un elemento diferenciado y completo que forma parte de una serie o de un conjunto, por ejemplo “una docena es una docena porque tiene 12 unidades.”
Únicas: Se aplica a una o varias cosas de las cuales o de cuya especie no hay más, por ejemplo: “Hija única”.
¿Qué hace a una mujer única? La experiencia y el sentido común nos dicen que cada persona se siente y se tiene por única. Poseemos rasgos físicos y culturales concretos, por eso pensamos de manera distinta y particular.
Todas nos vemos a nosotras mismas “únicas”, “con rasgos concretos y particulares”, pero como espiritualmente hemos nacido de nuevo, es necesario que busquemos la unidad del cuerpo de Cristo, al cual pertenecemos por el perdón de nuestros pecados y por Su sacrificio en la cruz.
En Efesios 2:12-13 dice: “En aquel tiempo estábamos sin Cristo, alejadas de la ciudadanía de Israel y ajenas a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.Pero ahora en Cristo Jesús, nosotras que en otro tiempo estábamos lejos, hemos sido hechas cercanas por la sangre de Cristo.” (Parafraseado)
Es decir que hemos sido reconciliadas con Dios por medio de Cristo en unidad con el Padre.
Debemos entender que nuestras vidas tienen que estar cimentadas en la unidad en el Espíritu de Dios. Hemos sido llamadas a una misma vocación, con un corazón y una mente humilde, a vivir y actuar con mansedumbre, soportándonos y sosteniéndonos unas a otras y a otros, pues somos parte de un mismo cuerpo: “el cuerpo de Cristo”. Lee Efesios 4:1-3
Siempre debemos hacer todo lo posible por conservar la unidad, permitiendo que la paz nos mantenga unidas; viéndonos como cita Efesios 4:4,5,6,7: “Un cuerpo y un Espíritu, como fuimos llamadas en una misma esperanza de nuestra vocación, un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos.” (Parafraseada)
Concluyendo, que nuestra unidad sea colocada y hecha realidad en Cristo Jesús, para formar un cuerpo bien concertado que funcione para expandir el evangelio y el Reino de Dios en cada corazón, como pertenecientes cada una al Ministerio Nueva Mujer y así vivamos diaria y conscientemente en la unidad con Dios a través de Cristo como mediador de nuestra fe.
La unidad y la reconciliación son un asunto de máxima urgencia y actualidad para el cristiano de hoy.
Porque esta unidad a la cual hemos sido llamadas y puesta por salvación, no depende ni de ritos, ni de leyes, ni de méritos, ni de privilegios, sino que es un don gratuito de Dios.
Dios te bendiga
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