Un nuevo año con Jesús Por: Lcda. Susy de Aldana

En nuestro #LunesDeReflexión te compartimos un resumen de nuestro Estudio Bíblico semanal.

Después de vivir casi todo un año con la amenaza de la Pandemia mundial, Covid-19, es casi inevitable no estar afanadas y ansiosas, por un lado, el impacto causado en todo el mundo ha sido tan grande, que de alguna manera nos hemos visto afectadas en algunas áreas de nuestra vida, emocional, familiar, social, salud y economía, y también es posible que la mayoría de nosotras todavía tenemos un gran listado de cosas que han quedado pendientes por hacer y eso nos preocupa o nos pone ansiosas.

En este nuevo comienzo, donde nos replanteamos nuevas metas, sueños y propósitos, es muy importante tomar en cuenta a nuestro Creador y lo que Él les recordó a sus discípulos, y está escrito en Su Palabra.

Según el diccionario de la Real Academia Española, Afán es el deseo intenso o aspiración de algo. Ansiedad: tiene su origen en el término latino anxietas. Refiere un estado de agitación, inquietud o zozobra del ánimo. (RAE) Jesús, nos enseña que de nada sirve preocuparse, estar afanado o en ansiedad por lo que sucede a nuestro alrededor, ya que cada día trae sus propios problemas. Lee Mateo 6:25-34

La enseñanza de Jesús sigue vigente hasta el día de hoy, y especialmente para nosotras las mujeres que diariamente enfrentamos preocupaciones, afanes, responsabilidades; en este nuevo tiempo es importante poner primero, lo primero, tener bien establecidas nuestras prioridades, enfocarnos en lo eterno, buscar al Señor, primeramente, para que Él nos guíe a hacer nuestros planes y proyectos. Para evitar el afán o la ansiedad en este nuevo año, podemos recomendar dos cosas:

a) COMPROMÉTETE CON DIOS

b) LEE, DISCIERNE Y PRACTICA LA PALABRA DE DIOS

Querida amiga, iniciemos este nuevo año de la mano de Jesús, siendo Él, la prioridad en nuestra vida, pongamos como mayor anhelo y compromiso, nuestro crecimiento espiritual, así juntas vamos siendo testimonio vivo de cómo en nuestra casa nunca hará falta el alimento, el vestido, el calzado, la provisión, la salud, toda la ayuda que promete nuestro Señor Jesucristo cubrir en nuestra vida, si cada una de nosotras permanecemos en obediencia a Su palabra.

Dios te siga bendiciendo.

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