Nosotras y nuestras obras, nuestras acciones, nuestros pensamientos, nuestras decisiones, absolutamente todo está en la mano de Dios.
Entonces nuestra confianza en Él debe ser indestructible, permanente, constante y firme, porque nuestro buen Dios, a quién servimos, siempre tiene sus brazos abiertos para ofrecernos su pronto auxilio y su protección. Sabemos que solamente en Él encontramos seguridad.
Sin embargo, estamos expuestas a que nos sucedan las mismas cosas que le suceden a aquellos que no confían en Dios.
Por lo tanto, no deberíamos hacer una y otra vez la misma pregunta ¿Por qué me sucede esto a mí si soy cristiana?
Leamos el relato de Pablo y Silas en Hechos 16:16-3…
A Pablo y a Silas les pasó lo mismo que le pasa a cualquier delincuente: a los ladrones, a los asaltantes, etc. fueron a parar a la cárcel y fueron azotados.
¿Qué hicieron Pablo y Silas? ¿Se quejaron? ¿Renegaron? ¿Le reclamaron a Dios por lo que les estaba pasando…? ¡No! Pablo y Silas no hicieron nada de esto.
Lo que hicieron Pablo y Silas fue Orar y Alabar a Dios ¡se pusieron a cantar himnos de alabanza!
Ellos no pelearon con Dios, “no se sintieron en el desierto”, no pelearon contra el diablo… ¿por qué? Porque estaban seguros que su vida estaba en la mano de Dios.
Ahora veamos:
- ¿Qué hizo Dios? Hizo temblar la tierra, los cimientos de la cárcel se sacudían, las puertas de la cárcel se abrieron, las cadenas que los sujetaban se abrieron y ¿Qué pasó? Pablo y Silas experimentaron el poder de Dios.
Pero no fueron ellos los únicos que experimentaron el sobrenatural poder de Dios… ¡También el carcelero experimentó el gran poder de Dios!
- ¿Qué hará Dios por ti? Te mostrará y te hará experimentar Su gran poder.
Si quieres experimentar el poder de Dios no busques donde fallaste, no busques culpables, solamente ora y alaba a tu Dios… para que tú también puedas ver la Gloria de Dios.
¿Qué le dijo Jesús a Marta cuando Jesús pidió que quitaran la piedra de la tumba de Lázaro? “40Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?” Juan 11:40
La fe es lo que nos permite ser fieles, porque al final de cuentas sabemos y creemos que nos pase, lo que nos pase… nos irá bien.
Necesitamos creer que el cuidado de Dios siempre está con nosotros. Jamás dudemos del amor que Dios nos tiene, ni dudemos de su amoroso cuidado.
“12Aunque el pecador haga mal cien veces, y prolongue sus días, con todo yo también sé que les irá bien a los que a Dios temen, los que temen ante su presencia; 13y que no le irá bien al impío, ni le serán prolongados los días, que son como sombra; por cuanto no teme delante de la presencia de Dios.” Eclesiastés 8:12-13
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