“No, amados hermanos, no lo he logrado, pero me concentro únicamente en esto: olvido el pasado y fijo la mirada en lo que tengo por delante, y así ¹⁴ avanzo hasta llegar al final de la carrera para recibir el premio celestial al cual Dios nos llama por medio de Cristo Jesús.” Filipenses 3:13-14 NTV

Cuando Pablo tuvo su encuentro personal con Cristo, no se resistió… Desde el momento que le dijo Señor, Pablo estaba renunciando a todo lo que tenía y reconociendo el señorío sobre su vida de Jesús el Hijo de Dios, porque le dijo: ¿qué quieres que yo haga?  (Hechos 9:3-6). En ese momento Pablo se convirtió en siervo.

Reflexiona ¿Qué tienes tú? ¿Qué es todo lo que has conseguido? ¿De qué te puedes gloriar? ¿Bienes, títulos, posiciones, funciones, de tu carácter? Estas dispuesta a decirle al Señor:  ¿qué quieres que yo haga?

Pablo habla de su gran amor por Dios que lo llevó a renunciar a todo lo terrenal y a ponerse la meta de ganar a Cristo. “⁸… Así es, todo lo demás no vale nada cuando se le compara con el infinito valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por amor a él, he desechado todo lo demás y lo considero basura a fin de ganar a Cristo.” Filipenses 3:8

Pablo destaca el amor de Cristo. Cuando entiendes la magnitud y la grandeza del amor de Cristo te das cuenta que todo lo que “quedó atrás” en tu vida, es algo a lo que no te debes, ni te puedes aferrar. A lo único que debes aferrarte es a esta verdad: Cristo te Ama.

Aunque el apóstol Pablo estaba en la prisión cuando escribió estos versículos, y solamente faltaban un par de años para que fuera ejecutado, Pablo no pensó en retirarse y dejar de servir a quién le había llamado, porque para él lo mejor de su vida era Cristo.

“²¹Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.” Filipenses 1:21

Al escribir Pablo estas palabras había encontrado la plenitud de su vida: Conocer a quién le conoció primero.

Asimismo “Yo tengo que conocer a quién me conoció primero…” no puedo permitir que nada ni nadie aparte de mi vida esta meta.

Tenemos un propósito en la vida, el cual es “En Cristo”, tenemos que hacer todo lo que tenemos por delante y para lo cual Dios nos llamó. Porque no importa donde terminemos sino cómo terminemos.

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