La fidelidad es un valor que deberíamos considerar muy importante en nuestra vida, sin embargo, poco a poco, cumplir con lo que se dice ha ido perdiendo su importancia.
El diccionario dice que fidelidad es la capacidad o virtud para dar cumplimiento a una promesa. (Definición. de)
Podemos decir que una persona fiel también es aquella en la que Dios mismo puede confiar y poner en el corazón de ella Sus Palabras, porque sabe que va a obedecer en todo. Dios dijo de David: “…He hallado a David hijo de Isaí, varón conforme a mi corazón, quien hará todo lo que yo quiero.” Hechos 13:22b
Una persona que es fiel es alguien que tiene una fortaleza interior que no puede ser quebrantada, está de pie sobre la roca, no va de acá para allá, como las olas del mar, sino es sólida, estable, confía en la voluntad de Dios y camina en ella.
Fidelidad y obediencia van de la mano, anhelemos vivir de acuerdo a lo que las Escrituras nos muestran y lo que el Espíritu Santo habla a nuestro corazón, a estas cosas debemos ser fieles.
El salmista David escribió: “He optado por ser fiel, estoy decidido a vivir de acuerdo con tus ordenanzas.” Salmo 119:30 NTV
Veamos algunas cualidades de una persona fiel:
– Es cuidadosa en cumplir sus promesas.
– Es confiable, digna de confianza.
– Diligente en sus labores.
– Comienza y finaliza bien lo que se le asigna.
– Camina la milla extra, entre otras.
Ser una mujer fiel no es fácil, cuesta mantenerse firme, creyendo, pero, si hay algo verdaderamente valioso para Dios, es ver que cuenta con una sierva fiel ¡cuántas cosas puede el Señor hacer con alguien así! Jesús enseñó: “Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más;…” Mateo 25:29ª.
Oramos para ésta Palabra sea de edificación para tu vida.
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