“¹⁹Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.” Filipenses 4:19

 Todas hemos experimentado muy de cerca la provisión fiel de El Señor en un momento de crisis, donde tú no tienes como suplir esa necesidad económica.

En Efesios 3:20 “²⁰Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros…”

• ¿Quién es el poderoso?
• ¿Cuántas cosas puede hacer Dios por nosotras?
• ¿Cómo las puede hacer?

El Señor nos sorprende con los beneficios. Él nos da más de lo que esperamos. Dios es tan fiel que nos da mucho más de lo que entendemos y de lo que merecemos pues Su poder es grande.

Sin embargo, debemos recordar la diferencia entre nuestros deseos y nuestras necesidades. La mayoría de las personas quiere sentirse bien evitando el dolor y la incomodidad. Puede que no recibamos todo lo que deseamos. Sin embargo la promesa de Dios es que cubrirá nuestras necesidades. Al confiar en Cristo nuestras actitudes y apetitos pueden cambiar de desear todo  a  aceptar su provisión.

Tiempo de actuar… Lee Salmo 37:4-5 “⁴ Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón. ⁵ Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará.”

David  nos llama a deleitarnos en El Señor y a entregarle todo lo que tenemos y hacemos (tu camino).  Pero ¿cómo hacemos esto?

Deléitate significa experimentar gran placer y gozarse en la presencia de alguien. Esto sucede únicamente cuando conocemos muy bien a esa persona. Por lo tanto, para deleitarnos en el Señor, debemos conocerle mejor.  El conocimiento de su gran amor por nosotras nos dará deleite.

Encomienda significa confiarle todo al Señor: vida, familia, trabajo, posesiones, etc., para Su control y dirección. Encomendarnos a El Señor significa confiar y creer que Él cuidará de nosotras mejor de lo que nosotras pudiéramos hacerlo.

Toma un tiempo para dar gracias a Dios por Su provisión. Confía en Él ya que Él puede proveer lo que tú has pedido. Expone tus necesidades ante Él y espera en silencio su respuesta, si reconoces que El Señor te ha dado lo necesario y aún más, agradécele por esto.

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