
“He aquí estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él y cenaré con él y el conmigo” Apocalipsis 3:20.
La intimidad con Dios es personal y sí la podemos perder por el peso y afanes de nuestro diario vivir, por la rutina, por descuido y dejar de creer en Él en alguna situación. La limpieza del corazón es fundamental para quien desea intimidad con Dios, es necesario asumir que no podemos o no debemos seguir pensando y actuando igual que antes, cuando no le conocíamos. 1 Pedro 1:13-15.
Comprendemos entonces que toda clase de pecado también nos separa de Dios y nos hace perder la intimidad con Él. Hay cosas muy sencillas que nos pueden separar de Dios porque Él es un Dios celoso, pero, cuando nuestras fuerzas humanas se acaban, viene de vuelta la necesidad de buscarlo y es ahí donde debemos buscarlo en el lugar adecuado y del modo adecuado.
Hoy es el tiempo de tomar decisiones claves en nuestra vida espiritual y no dejar para otro día lo que debemos hacer HOY, Dios, nuestro Amado nos llama a su recámara de amor, porque desea estar con nosotras en la intimidad, vamos a escuchar su voz o lo dejaremos fuera.
#NuevaMujer #LunesdeReflexión #UnaVozDeDiosParaTi
