CONVERTIDAS DEL SER AL HACER

La mayoría de personas siempre están deseando y buscando tener o representar valor delante de los demás, y eso les lleva a esforzarse por hacer diferentes cosas para poder lograr la aprobación de las demás personas de su entorno.

Lamentablemente somos muchas las mujeres que hacemos estos intentos sin darnos cuenta que no es tan importante el hacer (lo que hagamos) sino que la importancia radica en el ser interno de la mujer, es decir en lo que hay en su interior, (lo que somos).

Tenemos que reconocer primero que hay un principio de principios: El fundamento principal y pilar de toda sabiduría consiste en saber que hay un Ser Supremo, DIOS, en quien se origina TODO, pues Él es quien hizo ser a todo lo que existe.

En Mateo 28:19-20 (léelo) el llamado que Jesús está haciendo en estos versículos es hacer discípulos, no convertidos, ni creyentes. Para que logremos alcanzar este objetivo, primero, debemos ser enseñadas para llegar a SER como Jesús. Esto solamente se logra aplicándonos en conocer y aprender, y permitiendo que nos enseñen todas las cosas que Jesús nos mandó HACER.

 Cuando Jesús el Maestro de la humanidad le dice a sus discípulos “vayan y hagan discípulos”, les está dando el fundamento de cómo debían ser los discípulos dentro de Sí mismos: debían ser personas que hicieran TODO aquello que Jesús les había ENEÑADO Y  MANDADO.

En Eclesiastés 3:1 dice: Hay un tiempo señalado para todo, y hay un tiempo para cada suceso bajo el cielo”. (Biblia de Las Américas)

En la vida de toda persona existe un tiempo en que no conoce a su Salvador, otro tiempo en que cree para ser salvo, el tiempo en que se convierte en un creyente, y un tiempo que de creyente debe crecer para SER discípulo, es este un tiempo en el que adquirirá las herramientas que le capacitaran para HACER todo lo que Él le ha mandado.

El nuevo nacimiento, ser salva, tener el Espíritu de sabiduría y revelación, reconciliada por medio de la cruz, aprender a amar a Dios, a conocer sus mandatos y obedecerlos, entender la nueva vida en Cristo y cómo deben de vivir los hijos amados de Dios por el Espíritu que es en toda bondad, justicia y verdad (Efesios 5:1-20):

  • siendo imitadora de Cristo, ser amorosa, ser santa, ser agradecida, ser verdadera, ser hija obediente, ser luz, ser justa, ser bondadosa, ser una mujer que denuncie el pecado, ser activa, ser puntual, ser entendida, ser sobria.

Es importante comprender que para Dios es fundamental lo que hacemos con el conocimiento y la relación que tenemos con Él, así como, lo que hacemos para Él. Estas dos palabras: con y para, determinará nuestro entendimiento con respecto al SER y el HACER.

Como conclusión, nuestro SER debe estar discipulado como hijas de Dios y dispuestas a Hacer; y lo que nos da el fundamento en la vida es el SER en Dios, es decir, el sabernos hijas de Dios, a través de Cristo y preparadas para cumplir con el llamado que Él nos hace.

Esto es lo único que nos puede dar el valor que tanto buscamos, no las cosas, no las riquezas, ni la pobreza, ni las instituciones, ni siquiera nuestros seres queridos.

No se puede dar lo que no se ha recibido, por lo tanto el llamado inicial es SER y luego HACER.

 

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