
“La mayoría de nuestros problemas son decir “sí” demasiado rápido y “no” demasiado tarde”.
(Pensamiento Anónimo)
Leamos Mateo 5:37 “Antes bien, sea vuestro hablar: “Sí, sí” o “No, no”; y lo que es más de esto, procede del mal”. Biblia de Las Américas. (LBLA)
¿Qué dice Jesús acerca de esto? en este versículo el valor radical que deben tener nuestras palabras. Que debemos responder como si estuviéramos bajo juramento.
En el mundo se refleja que las personas cambian o pasan con facilidad del “sí” al “no”, o al contrario. ¿Te ha sucedido que te han prometido algo y no cumplen? Nos dicen que harán algo y luego no lo cumplen. Al pasarnos esto, la confiabilidad y la credibilidad en esta persona se pierde.
Nuestras palabras deben tener valor principalmente para nosotras mismas y luego para los demás. Nosotras, como cristianas, tenemos que ser DIFERENTES. Tenemos que ser definidas y pensar muy claramente qué es lo que vamos a contestar ante lo que nos piden. Si vas a dar un “si” o vas a dar un “no”, es importante que lo hagas con plena convicción de que eso es lo que vas a hacer.
Antes de responder a una petición o una pregunta, tu boca debe estar perfectamente conectada con tu mente para no decir algo que no vas a cumplir después.
Veamos un ejemplo del Apóstol Pablo en 2 Corintios 1:15-19 dice: “Seguro de esto, quise antes que nada ir a visitarlos, para que tuvieran una doble bendición; 16 es decir, quise visitarlos de camino a Macedonia, y visitarlos nuevamente a mi regreso, para que me ayudaran a continuar mi viaje a Judea. 17 Cuando quise hacer esto, ¿fue acaso algo decidido a la ligera? ¿Acaso lo que pienso hacer, lo pienso como toda la gente, que está lista para decir «Sí» y «No» al mismo tiempo? 18 Dios es testigo fiel de que nosotros no les decimos a ustedes «Sí» y «No» al mismo tiempo. 19 Porque Jesucristo, el Hijo de Dios, que Silvano, Timoteo y yo les hemos predicado, no ha sido «Sí» y «No»; sino que siempre ha sido «Sí» en él.” RVC
El apóstol Pablo estaba afirmando aquí que no decía las cosas como si fuera inconstante, desleal o vacilante, él no decía ni hacía las cosas a la ligera. Pablo también nos anima a ser personas que cumplimos con los compromisos que hacemos, como personas dignas de confianza.
Cada una de nosotras debe conocer la capacidad que posee para cumplir con sus compromisos. ¿Te has ofrecido entregar algo que urgía pero no cumpliste? ¿Devolver un libro, dinero que debías, etc. y luego te justificas con cualquier excusa? La Biblia nos anima a que no seamos ligeros, imprudentes, para comprometernos. El sabio Salomón nos dice, en cuanto a las promesas que hacemos a Dios, que no las hagamos si no vamos a cumplirlas porque, ¿cómo podemos cumplirle a Dios que no vemos, si a los que vemos no les cumplimos?
“Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas”. Eclesiastés 5:5
Preguntémonos: ¿Aprenderán las personas el mensaje del evangelio estudiando y observando mi vida?
Sigamos el ejemplo de nuestro Padre Celestial. 2 Corintios 1:20 “Porque todas las promesas de Dios en él son «Sí». Por eso, por medio de él también nosotros decimos «Amén», para la gloria de Dios.” Reina Valera Contemporánea (RVC)
