
El ser humano ha sido enseñado que su paso por esta vida es “nacer, crecer, reproducirse y morir”; se ve tan simple y sin mayor trascendencia que podríamos decir que muchas personas antes de recibir a Cristo y de conocer Su palabra, se han preguntado, ¿existe un propósito más profundo? ¿Hay para nuestra vida algún valor aquí en la tierra?
Isaías 43:7 “todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice.”
Podemos ver y entender que Él nos creó, nos formó con el propósito de glorificarlo en todo.
Cuando conocemos y entendemos la palabra de Dios, encontramos sentido a nuestra existencia y el propósito de nuestra vida en esta tierra, y para cumplir con este propósito, de glorificarle, tenemos que aprender a renovar nuestro entendimiento, ya que cuando venimos a Jesús traemos un entendimiento lleno de ideas humanistas, pecaminosas y confusas, muy distantes de lo que Dios dice de nosotros y para lo cual Él nos creó.
El Espíritu Santo quiere darnos una mente que esté centrada en Cristo y en el gran propósito de glorificarlo en todo lo que pensamos, digamos y hagamos.
Lee 1ª. Corintios 6:19-20
El escritor Lloyd John Ogilvie en su libro “El Mayor Consejero del Mundo”, lo describe bien claro, proporcionándonos 3 pasos para animarnos en este caminar:
1. Acción de gracias
1ª. Tesalonicenses 5:18 “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.”
Dice en todo, sin excepción, dando gracias y alabando o glorificando a Dios en todas las circunstancias grandes o pequeñas, fáciles o difíciles, de alegría o de tristeza.
2. Confesión
1ª. Juan 1:9 “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”.
El secreto de recibir dirección es la obediencia, y Dios nos manda a despojarnos de todo pecado y a perdonar por difícil que sea.
3.Preguntas que estimulen respuestas
¿Qué decisión glorificará a Dios desde todo punto de vista?
¿La decisión que tomó, hizo posible que usted se asemejara a Cristo en su forma de pensar?
¿Está la decisión en armonía con los mandamientos Dios?
¿Causará la decisión el bien “final” de todos los implicados?
Analicemos y veamos si estamos cumpliendo con el propósito de Dios para nuestra vida y a medida que nosotras nos sujetemos a Su voluntad, el Espíritu Santo nos guiará a toda verdad; dependiendo de cada decisión o circunstancia que tengas que hacer, te pondrá a ti las preguntas particulares donde tendrás que responderte a ti misma y así estar segura si estás glorificando al único que merece toda la gloria JESÚS.
