MANTENIENDO LA FE, EL AMOR Y LA ESPERANZA…

MANTENENIENDO LA FE, EL AMOR Y LA ESPERANZA EN MEDIO DEL SUFRIMIENTO

Por: Jocabed Salguero

Al orar a nuestro Dios y Padre por ustedes, pensamos en el fiel trabajo que hacen, las acciones de amor que realizan y la constante esperanza que tienen a causa

de nuestro Señor Jesucristo.” 1 Tesalonicenses 1:3 (NTV)

El apóstol Pablo se tomaba el tiempo de animar, aconsejar, a las iglesias, orar por ellos y guiarlos para que su vida estuviera de acuerdo a la voluntad de Dios. Veamos a continuación un ejemplo de estas muestras de amor de parte de Pablo, y quienes lo acompañaban, Silas y Timoteo a los creyentes en Tesalónica.

Tesalónica era la ciudad principal de Macedonia en tiempos del Nuevo Testamento, por tener una sinagoga, y por ser el centro más importante, el apóstol Pablo coordinó una visita, como parte de su estrategia para poder compartir el evangelio.

En un segundo viaje misionero, Pablo en tres semanas logró la conversión de algunos judíos, muchos prosélitos (discípulos) griegos, y de “mujeres nobles no pocas”. (Hechos 17:4)

Luego, Pablo fue acusado de revolucionario (rebelde/traidor) y tuvo que abandonar la ciudad. (Hechos 17:5-10) Pero no olvidó a los cristianos. Mandó a su representante personal y dentro de muy poco tiempo les escribió dos cartas, 1 y 2 Tesalonicenses.  Pablo admira la constancia ante la persecución de los tesalonicenses y los elogia.  (Tomado del Diccionario Bíblico Ilustrado de la Biblia)

Por lo que leemos, podemos darnos cuenta que Pablo mostró interés en los cristianos que se habían convertido en Tesalónica, les advierte que no se dejen engañar por falsas doctrinas y les enseña sobre la segunda venida de Jesucristo. Él, aunque no estaba presente, siguió enseñándoles cómo mantenerse en el amor, la fe y la esperanza en que habían creído.

COMPARTIENDO NUESTRA FE CON LOS DEMÁS

Compartir nuestra fe, o las buenas nuevas de salvación, acerca de Jesús con los demás es algo muy importante, nosotras todavía en algunos países, gozamos de libertad de culto y no hemos sufrido persecución por Su causa.

Los Tesalonicenses son un ejemplo para nosotras, los que primeramente recibieron el mensaje, aun padeciendo persecución o sufrimiento, no dejaban de compartir el evangelio.

El apóstol Pablo lo escribió así en 1 Tesalonicenses 1:6: “Así que recibieron el mensaje con la alegría del Espíritu Santo, a pesar del gran sufrimiento que les trajo. De este modo nos imitaron a nosotros y también al Señor.” (NTV)

¿Qué es lo que nos impide compartir nuestra fe?

Quizá viene miedo a nuestra vida o pensamos en el qué dirán, o posiblemente que no estamos capacitadas para hablar de lo que creemos.

Pablo dice que Dios es quién les dio el valor a los tesalonicenses para hablar las buenas nuevas con valentía, también dice que el propósito de ellos era agradar a Dios y no a las personas. (1 Tes.2:1-4)

Entonces, podemos aprender de ellos que no importa nuestra edad, no importa el miedo, la vergüenza que podemos sentir; si tenemos claro nuestro propósito en Dios, Él nos dará poder a través de Su Espíritu Santo para que abramos nuestra boca y compartamos nuestra fe.

¿CUÁL ES NUESTRA ESPERANZA?

Estamos viviendo a nivel mundial tiempos muy difíciles, hoy, queremos recordarte que hay una esperanza para nuestra vida, y debemos aferrarnos a ella. Nuestra esperanza es la resurrección, la esperanza de una vida transformada.

Este era un tema que estaba trayendo cierto miedo o causando confusión en algunos Tesalonicenses, pero Pablo explica en 1 Tesalonicenses 5:9-10 “Porque no nos ha destinado Dios para ira, sino para obtener salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo, 10 que murió por nosotros, para que ya sea que estemos despiertos o dormidos, vivamos junto con Él.” (NBLA)

Pablo les exhorta a mantenerse en guardia y alertas para el día en que esto suceda. “Pero los que vivimos en la luz estemos lúcidos, protegidos por la armadura de la fe y el amor, y usemos, por casco, la confianza de nuestra salvación.” 1 Tesalonicenses 5:8. (NTV)

Llegará el día en que Cristo vuelva o que nosotras vayamos a Él y debemos estar preparadas ante cualquier situación, debemos reconocer que el tiempo de vida en la tierra es incierto, pero tenemos un futuro y una esperanza que es estar en la presencia de Dios para siempre.

Mientras ese día llega, debemos disponernos a ser instrumentos de esa esperanza a la gente a nuestro alrededor, y que todavía no lo conoce o no tiene una relación personal con Él. En nuestro entorno hay personas que están sufriendo, y debemos comprender nosotras y ayudarles a ver que cada vez que pasamos por esos momentos difíciles, Dios está obrando en nuestra vida en medio de esos sufrimientos.

Otro punto importante es el AMOR, los Tesalonicenses ya mostraban ese amor y lo compartían con los demás creyentes. Ahora piensa, ¿tú también estas demostrando amor hacia los demás? ¿muestras amor hacia ti misma?

Para finalizar, Esta carta a los Tesalonicenses nos enseña que la fe, el amor y la esperanza son una razón suficiente para poder vivir de manera que le agrade a Dios, no hay nada más que agrade el corazón de Dios, que ver a sus hijos apartados del pecado y viviendo para Él. Es un reto muy grande, debemos ser conscientes y auto evaluar la forma en que estamos viviendo.

Debemos vivir relaciones saludables, servir con amor a los demás, vivir por fe y compartirla con los demás, debemos honrar a nuestras autoridades, ser agradecidos en todo tiempo, vivir en paz, trabajar con excelencia, vivir con gozo y alegría a pesar de las circunstancias, nunca dejando de orar y leer la Palabra de Dios. 

Nadie dijo que la vida era fácil, pero tenemos una esperanza y es que en medio de las dificultades tenemos al Espíritu Santo quién nos sustenta, consuela y nos ayuda a sobreponernos ante toda adversidad y también nos recuerda que esperamos el cumplimiento de la promesa que Cristo regresará. 

“Y que el mismo Dios de paz los santifique por completo; y que todo su ser, espíritu, alma y cuerpo, sea preservado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. 24 Fiel es Aquel que los llama, el cual también lo hará.” 

1 Tesalonicenses 5:23-24. (NBLA)

Dios te bendiga.

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FIELES A DIOS Y CRECIENDO

Por: Silvia de Soberanis

En el proceso de crecimiento del cristiano, es importante darse cuenta de que hay algunos elementos, que son los que nos permiten realizar nuestro llamado personal en Jesucristo, y que nos llevan a la victoria mientras vamos creciendo.

Como mujeres, en los diferentes lugares o escenarios en los que nos desarrollemos o desenvolvamos, es importante estar conscientes de la actitud que tomamos en las diferentes circunstancias que nos toca vivir, para seguir construyendo el carácter de Jesús en nuestra vida y Su llamado.

Veamos algunos aspectos claves en nuestro crecimiento.

FIDELIDAD A DIOS

La fidelidad es una actitud de alguien que es fiel, constante y comprometido con respecto a los sentimientos, ideas u obligaciones que asume. La fidelidad es la capacidad, el poder o la virtud de dar cumplimiento a las promesas. Deriva de la palabra en latín, fidelitas que significa servir a un dios. Es una característica de quien es leal, en quien se puede confiar y creer, porque es honesto y respetable(Significados.com)

Según leemos en Efesios 2:10, “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”.

Dios tiene para cada una de nosotras, obras para que hagamos en el transcurso de nuestra vida, y también un plan especial, cada una lo irá realizando a medida que vayamos creciendo en nuestra fidelidad y relación de intimidad con Él, (oración, lectura, adoración y alabanza, etc.), pues sólo así podemos saber cuál es ese plan y cuáles son las obras que Él ha preparado para que nosotras hagamos.

En Levítico capítulo 19 podemos ver la lista de las leyes de santidad y justicia que Dios le dictó a Moisés para que los israelitas las cumplieran, haciendo buenas obras “al forastero, al huérfano y a la viuda”.

Posiblemente tengamos algunas cosas que pueden limitar nuestro servicio al Señor, pero Él quiere que nos atrevamos a servirlo fielmente en lo que nos va permitiendo día a día. La Biblia dice: “El que es fiel en lo muy poco, es fiel también en lo mucho; y el que es injusto en lo muy poco, también es injusto en lo mucho”.  Lucas 16:10 (LBLA)

Saber cómo ser fiel a Dios en lo poco, es lo que nos da la oportunidad de servirle en lo mucho.

CRECIENDO

Dios ha establecido, que el creyente crezca, en Proverbios 4:18 leemos: “Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, Que va en aumento hasta que el día es perfecto”.

También dice: “para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios.”  Colosenses 1:10

Muchas veces vivimos situaciones, que parece que no tienen nada que ver con nuestro crecimiento en Cristo, pero son herramientas de Dios para ayudarnos a crecer, y todos los días tenemos esas oportunidades, algunas veces, son fáciles y otras, nos cuestan un poco más.

Fieles a Dios y creciendo, también implica escuchar a nuestros mayores en el Señor, (Hebreos 13:7), recibir su consejo, exhortación y/o amonestación. Nuestra actitud debe ser la de un aprendiz, esto nos permitirá ir creciendo y siendo de mayor utilidad en el reino de Dios.

Para concluir, cuando somos fieles a Dios, Él nos bendice y obtenemos el reconocimiento de las personas a nuestro alrededor, y somos capaces de asumir otros compromisos, porque somos dignos de confianza.

Dios espera que permanezcamos fieles hasta el último día de nuestra vida, haciendo lo que Él nos ha encargado, “…Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida”. Apocalipsis 2:10b

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