AROMATIZANDO TU HOGAR

AROAMTIZANDO

 

En el Antiguo Testamento, en la Biblia leemos que, “todo sacrificio debía producir un aroma fragante y ser aceptable para Dios”, como mujeres y en cualquier ambiente dónde nos desarrollemos, podemos decir que, dentro de nuestras responsabilidades está provocar un ambiente agradable, un aroma especial a nuestra casa, en la oficina y en cualquier lugar donde nos encontremos, un aroma agradable, rico y duradero.

Empezando por nuestra casa,  Deuteronomio 6:4-9 nos enseña cómo debemos hacer para que en nuestro hogar siempre esté el exquisito aroma de Dios.

Tenemos que amar a Dios, pensar constantemente en sus mandamientos, enseñar Sus mandamientos a nuestros hijos; Dios enfatiza la importancia de que los padres enseñen a obedecerlo y amarlo, ya que no se puede delegar esta responsabilidad a la iglesia o escuelas.

Proverbios 22:6, “Instruye al niño en el camino correcto,
y aun en su vejez no lo abandonará”.

Segundo, con una adoración verdadera a Dios. En Romanos 12:1-2, el apóstol Pablo describe a la perfección lo que Dios anda buscando de nosotras; la adoración es algo que ocurre en nuestro corazón, cuando nos rendimos y nos sometemos completamente a Dios.

Tercero, el amor de Dios en nuestras vidas. Que mandamiento más hermoso el que encontramos en Juan 13:34, algunas veces difícil de cumplir, nuestro hogar tiene que tener como base el amor de Dios para que todo lo que hagamos y digamos lleven un toque especial.

El amor mantiene a los creyentes fuertes y unidos en un mundo hostil a Dios. Jesús fue ejemplo viviente del amor de Dios, del mismo modo que debemos nosotros ser ejemplo del amor de Jesús ya que si nuestro amor es semejante al de Él será demostración de que somos sus discípulos.

Como conclusión, considerando que, somos mujeres que buscamos agradar a Dios, el mejor aroma será la Presencia de Dios en nuestras vidas, invadiendo cada espacio donde nos encontremos. Te animamos a que todos los días hagas un tiempo para buscar de Su presencia.

#NuevaMujer #LunesDeReflexión #UnaVozDeDiosParaTi

LIMPIAS POR LA PALABRA

limpias

Cuando Jesús estaba próximo a ser arrestado tuvo una conversación con sus discípulos y entre otras cosas Él les dijo estas palabras: “Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado.” Juan 15:3

La Palabra que Jesús les habló a sus discípulos durante todo el tiempo que ellos le acompañaron en su vida terrenal les limpió, y los hizo limpios principalmente porque les cambió su manera de pensar y al mismo tiempo les enseñó a distinguir entre el bien y el mal.

Efesios 5:25b-27 dice que “…Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.”

En estos versículos el apóstol Pablo está explicando a los de la iglesia de Éfeso, que la Palabra purifica al creyente y la mejor forma de darles un ejemplo fue decirles que Cristo santificó a Su iglesia “purificándola al lavarla con la Palabra” pues así les quitó toda mancha que pudieran tener.

Es por eso que la persona que lee y medita diariamente en la Palabra de Dios, al mismo tiempo que la lee, también debe estar reflexionando en cómo aplicar a su propia vida lo que está leyendo.

La Palabra de Dios no debe leerse apresuradamente, debe meditarse y reflexionar en ella, para que al leerla, ella nos muestre en qué área de nuestra vida necesitamos ser limpiadas y así se produzca en el creyente, el deseo de mantenerse en esa santidad que Cristo alcanzó para nosotras, pues estos versículos dicen que Cristo nos amó y se entregó a Sí mismo por nosotras, para que fuésemos santas.

Concluyendo, perseveremos en la lectura de la Palabra de Dios, para distinguir entre el bien y el mal, para alumbrar con la luz de su Palabra a nuestro entorno y poder proclamar las Buenas Nuevas de salvación y vida eterna a toda criatura.

#NuevaMujer #UnaVozdeDiosParaTi #PalabraDeDios#LunesDeReflexión

SÍ, SÍ; NO, NO

sisinono

 

“La mayoría de nuestros problemas son decir “sí” demasiado rápido y “no” demasiado tarde”.

  (Pensamiento Anónimo)

Leamos Mateo 5:37 “Antes bien, sea vuestro hablar: “Sí, sí” o “No, no”; y lo que es más de esto, procede del mal”.  Biblia de Las Américas. (LBLA)

¿Qué dice Jesús acerca de esto? en este versículo el valor radical que deben tener nuestras palabras. Que debemos responder como si estuviéramos bajo juramento.

En el mundo se refleja que las personas cambian o pasan con facilidad del “sí”  al “no”, o al contrario.   ¿Te ha sucedido que te han prometido algo y no cumplen? Nos dicen que harán algo y luego no lo cumplen.   Al pasarnos esto, la confiabilidad y la credibilidad en esta persona se pierde.

Nuestras palabras deben tener valor principalmente para  nosotras mismas y luego para los demás. Nosotras, como cristianas, tenemos que ser DIFERENTES. Tenemos que ser definidas y pensar muy claramente qué es lo que vamos a contestar ante lo que nos piden. Si vas a dar un “si” o vas a dar un “no”, es importante que lo hagas con plena convicción de que eso es lo que vas a hacer.

Antes de responder a una petición o una pregunta, tu boca debe estar perfectamente conectada con tu mente para no decir algo que no vas a cumplir después.

Veamos un ejemplo del Apóstol Pablo en 2 Corintios 1:15-19 dice: “Seguro de esto, quise antes que nada ir a visitarlos, para que tuvieran una doble bendición; 16 es decir, quise visitarlos de camino a Macedonia, y visitarlos nuevamente a mi regreso, para que me ayudaran a continuar mi viaje a Judea. 17 Cuando quise hacer esto, ¿fue acaso algo decidido a la ligera? ¿Acaso lo que pienso hacer, lo pienso como toda la gente, que está lista para decir «Sí» y «No» al mismo tiempo? 18 Dios es testigo fiel de que nosotros no les decimos a ustedes «Sí» y «No» al mismo tiempo. 19 Porque Jesucristo, el Hijo de Dios, que Silvano, Timoteo y yo les hemos predicado, no ha sido «Sí» y «No»; sino que siempre ha sido «Sí» en él.”  RVC

El apóstol Pablo estaba afirmando aquí que no decía las cosas como si fuera inconstante, desleal o vacilante, él no decía ni hacía las cosas a la ligera. Pablo también nos anima a ser personas que cumplimos con los compromisos que hacemos, como personas dignas de confianza.

Cada una de nosotras debe conocer la capacidad que posee para cumplir con sus compromisos. ¿Te has ofrecido entregar algo que urgía pero no cumpliste? ¿Devolver un libro, dinero que debías, etc. y luego te justificas con cualquier excusa? La Biblia nos anima a que no seamos ligeros, imprudentes, para comprometernos. El sabio Salomón nos dice, en cuanto a las promesas que hacemos a Dios, que no las hagamos si no vamos a cumplirlas porque, ¿cómo podemos cumplirle a Dios que no vemos, si a los que vemos no les cumplimos?

Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas”. Eclesiastés 5:5

Preguntémonos: ¿Aprenderán las personas el mensaje del evangelio estudiando y observando mi vida?

Sigamos el ejemplo de nuestro Padre Celestial.   2 Corintios 1:20 “Porque todas las promesas de Dios en él son «Sí». Por eso, por medio de él también nosotros decimos «Amén», para la gloria de Dios.”  Reina Valera Contemporánea (RVC)