EMBAJADORA DE CRISTO

Un cristiano es representante de Cristo en la tierra y está llamado a vivir una vida diferente que lo distinga y que le de gloria a Dios.

La Palabra de Dios dice que somos embajadoras de Cristo.

2 Corintios 5:20 “Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.” 

Esto es porque hemos sido llamadas para anunciar lo que Dios hizo por la humanidad cuando envió a Su Hijo Jesucristo “hecho Hombre” para proveernos el camino de la salvación. Los que ya hemos recibido el regalo de la salvación estamos obligados a trasladarles este mensaje a los que todavía no conocen a Cristo.

¿Qué significado tiene para ti ser Embajadora de Cristo?

Podemos mencionar que:

  • Significa hacer lo correcto, aún cuando nadie me está viendo.
  • Significa encontrar la forma de ser una pacificadora, de lograr que las personas restauren relaciones rotas.
  • Significa salir cada día con una actitud de fe en Dios y acción de gracias.
  • Significa que tengo que entregarle a Dios cada día todo mi ser, para que Él haga su obra en mi vida y así pueda llegar a ser como Él.

Para poder ser verdaderamente una representante de Cristo en la tierra la meta es llegar a ser como Él y esto solamente se puede alcanzar a través de pasar tiempo con Él.

Por último, te animo para que te comprometas a pasar tiempo con Dios todos los días. Si de verdad lo haces, se desarrollará el carácter de Dios en Ti, tu vida se transformará y el resultado será que le traerás gloria a nuestro Padre que está en los cielos.

ORACIÓN

¡Ayúdame Señor a ser cada día más como Tú!

Señor muéstrame todo lo que hay en mí que no te agrada, que no edifica a quienes me ven y ayúdame a cambiar para que mi vida haga la diferencia y sea una embajadora tuya, que en todo te de la Gloria a Ti.

Amén.

¡Dios te bendiga! No dejes de compartir esta reflexión. 

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UN LUGAR AGRADABLE

UN LUGAR AGRADABLE

Por: Mariflory Rios

¿Qué es lo que viene a nuestra mente cuando pensamos en un lugar agradable? podría ser un valle lleno de vegetación, fresco, placentero, tranquilo; una playa, agua, palmeras; o tu habitación: acogedora, apacible y reconfortante. A cada uno de estos sitios podríamos llamarle “un lugar feliz”.

Ahora bien, ¿Qué significa un lugar feliz? Podríamos decir que es aquel lugar o estado de ánimo que nos hace sentir bien.

Génesis 1:1 “En el principio creó Dios los cielos y la tierra.”

En el capítulo 1 del libro de Génesis, encontramos el primer lugar agradable que Dios creó para que el hombre y la mujer habitaran. En Génesis capítulo 3 leemos que ellos desobedecieron el mandato que Dios les había dado, y que, aunque ese lugar agradable llamado “el Jardín del Edén” siguió ahí, ellos ya no pudieron seguir disfrutándolo.

Algunas veces vamos a estar en el lugar perfecto, pero sin poder disfrutarlo, ¿qué nos impide disfrutarlo? ¿será por algo que hicimos que no estuvo bien y estamos viviendo la consecuencia? O ¿será por nuestro estado de ánimo? Podría ser que todo esté bien a nuestro alrededor, pero nosotras mismas saboteamos el ambiente. Meditemos sobre esto en nuestro interior.

Tenemos que recordar que somos hijas de Dios, que debemos dar testimonio de por quien vivimos y a quien servimos, que debemos dar un buen fruto en el lugar donde nos encontremos, con nuestra actitud y nuestro servicio a quienes nos rodean, podemos hacer que un lugar sea agradable. Colosenses 1:10 NBV (Nueva Biblia Viva) “ Así podrán agradar y honrar al Señor en todo; harán toda clase de buenas obras y conocerán cada día más y mejor a Dios.”

¿Es fácil? ¡Claro que no! En Hebreos 12:2 NVI leemos: “Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios.”

Afortunadamente tenemos el mejor ejemplo en nuestro Señor y Salvador Jesús, Él vio más allá del sufrimiento y de Su muerte en la cruz, Él vio el gozo que le esperaba de vencer a la muerte y restaurar la relación de Dios con la humanidad.

Pongamos nuestra fe en Jesús, Él es el principio y el fin, es quien prometió que si permanecemos en Él podremos llevar mucho fruto (Juan 15:5); y si somos fieles a Él podemos estar en ese “lugar feliz” que es vivir en Su presencia.

Y aunque ahora no estemos físicamente en Su presencia, nuestra esperanza es encontrarnos un día frente a Él y escucharle decir: “🤗💜…Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.” Mateo 25:23

¡Dios te bendiga! 🤗💜

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DIOS TE ESCUCHA

DIOS TE ESCUCHA

Por: Lucky Orellana

¿En tiempo de dificultad la oración es tu primer instinto o tu último recurso?

La oración es la base de nuestra relación con Dios, es un ingrediente fundamental que no podemos omitir en nuestra vida diaria, ya que por medio de ella nos comunicamos con Él y podemos conocerle. Salmo 18:6

En el libro de Daniel encontramos una escritura que nos muestra como Dios escuchó su oración. “Entonces me dijo: No tengas miedo, Daniel. Tu petición fue escuchada desde el primer día en que te propusiste ganar entendimiento y humillarte ante tu Dios. En respuesta a ella estoy aquí”. Daniel 10:12 NVI

Definitivamente, recibir esta respuesta de Dios fue muy alentadora para Daniel, así también son Sus respuestas para nosotras.

Tenemos un Dios que nos escucha y siempre pone atención a nuestro clamor, la Palabra de Dios nos dice que Daniel esperó 21 días para recibir esta respuesta de parte de Dios, pero el Ángel que se le apareció le hizo saber que el día que él había orado a Dios, en ese instante Dios lo había escuchado.

Es fascinante poder leer este pasaje y poder entender que Dios atiende a nuestro clamor, y que Él traerá respuesta a cada una de nuestras oraciones, debemos comprender que no estamos solas, que tenemos un Dios que nos escucha. En Jeremías 29:12 leemos: “Entonces ustedes me invocarán, vendrán a suplicarme y yo los escucharé”. NVI

Confía en Dios.

Dios a través de Su Palabra, nos enseña cómo relacionarnos con Él en las diversas circunstancias de la vida. También Su Palabra nos demuestra la soberanía y bondad de Dios para Su pueblo, inspirándonos a confiar en Él.

Leemos: “…Bienaventurados todos los que en él confían”. Salmos 2:12

“Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo”. Juan 16:33

Las palabras de Jesús son una gran nota de triunfo en las cuales podemos afirmar nuestra vida y confiar.

El apóstol Pablo en varias ocasiones nos exhorta a orar, en Colosenses 4:2.

La oración no solo es para pedir por nuestras necesidades, sino para poder estar en constante comunicación con nuestro Creador, es para rendir alabanza, agradecimiento y adoración, porque Él es Dios y merece lo mejor de nosotras que somos Su creación. (1 Tesalonicenses 5:17)

Para terminar, la oración trae paz a nuestra alma, llevándonos a confiar plenamente en el plan que Dios tiene para nuestra vida, acerquémonos con toda confianza al trono de la gracia de Dios, y digámosle todo aquello que quizás, solo nosotras y Él conocemos, y así al levantarnos de nuestro lugar de oración, tendremos la seguridad que, así como escuchó y respondió la oración de Daniel, va a responder la nuestra, si pedimos de acuerdo con Su voluntad.

Pidámosle a Jesús que nos enseñe a orar, así como lo hizo uno de sus apóstoles, (Lucas 11:1) y hagamos de la oración, nuestro primer recurso.

Buen día, no olvides en compartir esta reflexión. ¡Dios te bendiga! 💜🤗

MI PAPEL COMO MUJER Y MADRE

Por: M.Th. Magda de Custodio

En el libro de Génesis encontramos el relato del momento en que Dios creó al ser humano, es decir “al hombre y a la mujer”, lee Génesis 1:26-28.

Es importante entender que, cuando en este pasaje del libro de Génesis dice hagamos al hombre”, se está usando la palabra hombre como sinónimo de “humano”, es por ello que en el versículo 27 lo dice en una forma más clara: “varón y hembra los creó.

Dios creó a cada mujer completamente preparada para toda buena obra, con sus atributos dados por Dios, bendita para sojuzgar, dominar, someter la tierra y su plenitud, y asimismo con todas las capacidades, dones, virtudes, aptitudes, para funcionar como seres pensantes, inteligentes, razonables, fuertes, etc. Tanto en lo físico, como espiritual y emocional, Dios creó nuestro ser con toda la capacidad para ser personas equilibradas.

Independientemente de su condición actual, desarrollada en lo que hace a diario, nos debemos ver como el ser humano que es parte del “maravilloso mundo creado por Dios”, donde seguirán las generaciones multiplicándose, y así ser parte de la continuación de la especie humana, pues la mujer está preparada para dar vida dentro de ella, es decir ser Madre.

Un principio que nos da identidad

Porque como fundamento sólido, como roca firme es el corazón de la mujer que guarda los mandamientos de Dios”.

Toda mujer tiene la responsabilidad de cumplir el mandato que leemos en Deuteronomio 11:13, “Si obedeciereis cuidadosamente a mis mandamientos que yo os prescribo hoy, amando a Jehová vuestro Dios, y sirviéndole con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma”. Es necesario comprender que los mandamientos nos sirven para aprender a amar a Dios.La mujer que primero aprende a amar a Dios, tendrá un fundamento sólido como hija, como esposa, como madre, como profesional, como ciudadana. Y también será como una lámpara que ilumina el camino de sus hijos, pues con su ejemplo de vida les enseñará a amar y temer a Dios, de tal forma que logrará que ellos alcancen las metas más altas y tengan éxito.

La mujer preparada para toda buena obra

2 Timoteo 3:17 dice:“a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”. En la función de madres tenemos que edificar nuestra casa, y hay un fundamento que debemos enseñar a nuestros hijos desde que son pequeñitos: “la verdad de la Escritura”, pues tenemos la promesa, dada por Dios, que así tendrán largura de vida.

En Éxodo 20:12 dice “12 Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.” Es muy importante grabar en la mente y corazón de nuestros hijos estas palabras, pues serán un fundamento importante para sus vidas:

  1. Obedecer a los padres
  2. Respetar a sus padres
  3. Sustentar a sus padres

En Efesios 6:2, el apóstol Pablo escribió: “Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.”

Vemos pues, que la tarea de una madre es grabar en su hijo el amor y el temor de Dios.

Para terminar, cada una de nosotras debemos entender que Dios es nuestro Creador y nos hizo con una identidad, no importando lo que otros digan, y que también tenemos un papel para hacer en esta vida, como mujer y como madre, construir y formar a nuestros hijos y esto no tiene precio. Porque como dijo el apóstol Pablo: “no que lo haya alcanzado todo, prosigo a la meta del supremo llamamiento”, haciendo la voluntad de Dios en mi vida, como mujer y madre, siendo parte activa de la Creación y de la historia.

Dios te bendiga.  ¡Feliz semana!

APROVECHANDO BIEN EL TIEMPO

Por: Lily de Orozco

El tiempo es un bien valioso que está disponible para todos, la cantidad de horas al día es exactamente igual para cada ser humano; el tiempo nos afecta en todas las áreas de la vida, en las cosas materiales, que vemos y en las que no vemos como: la voluntad y el carácter, por ejemplo.

Vivimos en una época rodeadas de distracciones y activismo que, muchas veces nos llevan a asumir compromisos que no debemos, o que no podemos cumplir, pero que simplemente aceptamos.

“Todo tiene su momento oportuno; hay tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo” Eclesiastés 3:1 NVI

Ser una buena administradora requiere que también cuide de mí misma, debemos programar tiempos para descansar, porque no podemos ocuparnos solamente de lo exterior, cuando corremos el riesgo de que haya un caos dentro de nosotras.

Para organizar y planificar bien cada hora de nuestro día, es importante identificar esos ladrones de tiempo, es decir, aquellas actividades, situaciones o personas que nos quitan en lugar de sumarnos. En ocasiones, estos ladrones de tiempo son ajenos a nosotras, pero en otras ocasiones, somos nosotras mismas quienes las generamos.

Por ejemplo: el teléfono -largas llamadas sin importancia, WhatsApp -estar en un gran número de grupos. Reuniones que se extienden por mala organización, series que nos atrapan capítulo a capítulo, el excesivo perfeccionismo que nos hace dedicar más tiempo de lo adecuado a ciertas actividades tan solo por unas pocas mejoras, el no aprender a decir “No”.

Renueva tu mente.

El apóstol Pablo nos alienta, nos aconseja, a transformarnos por medio de la renovación de nuestro entendimiento, (Romanos 12:2), para que como creyentes en Cristo nuestra vida sea diferente a las que todavía no han creído en Él.

También nos dice: “Concentren su atención en las cosas de arriba, no en las de la tierra, pues ustedes han muerto y su vida está escondida con Cristo en Dios.” Colosenses 3:2-3 NVI

Debemos administrar nuestro tiempo de forma adecuada, poniendo en primer lugar a Dios, realizando aquellas acciones que nos lleven a estar más cerca de Él, asimismo, buscar oportunidades de servir a los que están a nuestro alrededor, dejando el afán y viviendo con gozo, eso implicará eliminar todas aquellas actividades que nos quitan tiempo, que no son edificantes o no contribuyen a nuestro crecimiento y el de los que nos rodean.

En Efesios 5:15-16 NVI leemos: “Así que tengan cuidado de su manera de vivir. No vivan como necios, sino como sabios, aprovechando al máximo cada momento oportuno, porque los días son malos”.

Para terminar, el tiempo no se detiene y tampoco regresa, por esa razón debemos valorarlo, no estresándonos por cosas pasajeras sin provecho, los años que tendremos sobre la tierra solo Dios lo sabe, así que, invirtamos en el estudio de La Palabra, y en mantener una relación íntima con Dios; aprovechemos el tiempo para edificar a nuestra familia, disfrutemos la amistad con mujeres que nos ayudan a crecer, aprendamos algo nuevo, nunca es tarde para aprender, procuremos dejar un legado de fe a la próxima generación y ocupémonos de esas buenas obras que Dios ha preparado para cada una.

Todo ser humano crecerá en edad y eso es inevitable, pero una Nueva Mujer no solo madura físicamente, sino se esfuerza en obtener madurez espiritual adquiriendo sabiduría de lo alto, … “la cual es pura, pacífica, respetuosa, dócil, llena de compasión, de buenos frutos, imparcial y sincera”. Santiago 3:17 NVI (parafraseada)

Dios te bendiga 🤗💜

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