LIBRE SOY

En tiempos antiguos “ser libre” no era para todos, la esclavitud era  común, se obtenían esclavos en la conquista de naciones, se compraban y se vendían a sí mismos para ser esclavos y cancelar alguna deuda. Cuando alguien era esclavo, no podía hacer lo que quería, estaba bajo el mando de su amo, era una posesión.  Así que ser libre, es algo muy significativo en la vida del ser humano.

En este tiempo Dios nos da la oportunidad de ser libres. La Palabra de Dios nos dice: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.”  2 Corintios 5:17

Cuando Dios sacó al pueblo de Israel de Egipto fue para llevarlo a una tierra nueva, pero en ese proceso, el pueblo anhelaba lo que habían dejado atrás. Éxodo 16:3

Muchas veces nos ocurre lo mismo, sabemos que Dios ha hecho grandes cosas en nuestra vida, pero cuando estamos atravesando procesos difíciles, renegamos y podría ser que hasta maldecimos, y olvidamos todo lo que El Señor ya hizo por nosotras.

Los israelitas salieron de Egipto, pero el vínculo que tenían con Egipto no salió de ellos. La pregunta hoy para nosotras es: Si El Señor nos limpió del pecado, ¿voluntariamente vamos a volver a pecar?

 

Nuestra actitud es vital para el desarrollo de una vida nueva en la que vivimos obedeciendo a la Palabra de Dios.

 Efesios 4:22-32 En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre…” 

  • Desechar mentira – hablar verdad.
  • Está permitido airarnos – Pero no debemos pecar.
  • No dar lugar al diablo – No ceder ante la tentación de pecar.
  • El que robaba – No robe más.
  • Ninguna palabra corrompida debe salir de nuestra boca – Sólo palabras de edificación.
  • No contristéis al Espíritu Santo – Ser llenos del Espíritu Santo.
  • Quitarnos toda amargura, enojo, ira, gritería maldad, malicia – Ser misericordiosas, perdonando ¡como Dios nos perdonó a nosotras!

Estos versículos nos resumen los cambios que debieran ocurrir en la vida de un creyente, de un discípulo de Jesús y poder experimentar la vida en libertad que Dios quiere darnos.

Por otra parte, no podemos olvidar que hemos sido redimidas.   Romanos 3:24 dice: “siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”.

Según el diccionario de la Real Academia Española, redención es, rescatar o sacar de esclavitud al cautivo mediante precio.

Hemos sido redimidas y justificadas, y este veredicto incluye perdón de la culpa y el castigo por el pecado. Este es un regalo de Dios para nosotras y sólo lo recibimos por fe.

Lo que Jesús hizo por nosotras para que podamos ser libres:

  • Dio su vida, pagando el precio más alto al derramar su sangre.
  • Nos dio libertad total, éramos esclavas del pecado y controlaba nuestra vida.
  • Cristo se hizo hombre y tomó el acta de decretos que el adversario levantó contra nosotras y la canceló en la cruz del calvario. Su sangre fue el precio que pagó por nuestra redención. “y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz”. Colosenses 2:13-15

 Ahora toma tu biblia y lee detenidamente estos pasajes y medita en el poder que existe en el sacrificio de Jesús en la cruz del calvario.

  • Se hizo Hijo de hombre para que yo sea hija de Dios. Juan 1:12  
  • Se hizo pecado para que fuésemos hechos justicia de Dios en Él. 2 Corintios 5:21
  • Se hizo maldición para que yo disfrute de sus bendiciones. Gálatas 3:13
  • Tomó nuestras enfermedades para que yo disfrute de salud. Isaías 53:4-5
  • Se hizo pobre, para que con su pobreza yo sea enriquecida 2 Corintios 8:9
  • Murió y resucitó para que yo tenga vida eterna. Juan 3:16
  • Ser semejante a Él. 1 Juan 3:2

Concluyendo, nosotras podemos decir que somos libres porque Dios entregó a Su Hijo para darnos esa libertad que no merecíamos, Jesucristo pagó el precio por nuestros pecados y a través de ese sacrificio nosotras somos libres. Podemos usar la libertad como cada una de nosotras decida, pero Dios espera que seamos obedientes a Su Palabra y gocemos los beneficios de la libertad que Él nos ofrece.

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CONVERTIDAS DEL SER AL HACER

La mayoría de personas siempre están deseando y buscando tener o representar valor delante de los demás, y eso les lleva a esforzarse por hacer diferentes cosas para poder lograr la aprobación de las demás personas de su entorno.

Lamentablemente somos muchas las mujeres que hacemos estos intentos sin darnos cuenta que no es tan importante el hacer (lo que hagamos) sino que la importancia radica en el ser interno de la mujer, es decir en lo que hay en su interior, (lo que somos).

Tenemos que reconocer primero que hay un principio de principios: El fundamento principal y pilar de toda sabiduría consiste en saber que hay un Ser Supremo, DIOS, en quien se origina TODO, pues Él es quien hizo ser a todo lo que existe.

En Mateo 28:19-20 (léelo) el llamado que Jesús está haciendo en estos versículos es hacer discípulos, no convertidos, ni creyentes. Para que logremos alcanzar este objetivo, primero, debemos ser enseñadas para llegar a SER como Jesús. Esto solamente se logra aplicándonos en conocer y aprender, y permitiendo que nos enseñen todas las cosas que Jesús nos mandó HACER.

 Cuando Jesús el Maestro de la humanidad le dice a sus discípulos “vayan y hagan discípulos”, les está dando el fundamento de cómo debían ser los discípulos dentro de Sí mismos: debían ser personas que hicieran TODO aquello que Jesús les había ENEÑADO Y  MANDADO.

En Eclesiastés 3:1 dice: Hay un tiempo señalado para todo, y hay un tiempo para cada suceso bajo el cielo”. (Biblia de Las Américas)

En la vida de toda persona existe un tiempo en que no conoce a su Salvador, otro tiempo en que cree para ser salvo, el tiempo en que se convierte en un creyente, y un tiempo que de creyente debe crecer para SER discípulo, es este un tiempo en el que adquirirá las herramientas que le capacitaran para HACER todo lo que Él le ha mandado.

El nuevo nacimiento, ser salva, tener el Espíritu de sabiduría y revelación, reconciliada por medio de la cruz, aprender a amar a Dios, a conocer sus mandatos y obedecerlos, entender la nueva vida en Cristo y cómo deben de vivir los hijos amados de Dios por el Espíritu que es en toda bondad, justicia y verdad (Efesios 5:1-20):

  • siendo imitadora de Cristo, ser amorosa, ser santa, ser agradecida, ser verdadera, ser hija obediente, ser luz, ser justa, ser bondadosa, ser una mujer que denuncie el pecado, ser activa, ser puntual, ser entendida, ser sobria.

Es importante comprender que para Dios es fundamental lo que hacemos con el conocimiento y la relación que tenemos con Él, así como, lo que hacemos para Él. Estas dos palabras: con y para, determinará nuestro entendimiento con respecto al SER y el HACER.

Como conclusión, nuestro SER debe estar discipulado como hijas de Dios y dispuestas a Hacer; y lo que nos da el fundamento en la vida es el SER en Dios, es decir, el sabernos hijas de Dios, a través de Cristo y preparadas para cumplir con el llamado que Él nos hace.

Esto es lo único que nos puede dar el valor que tanto buscamos, no las cosas, no las riquezas, ni la pobreza, ni las instituciones, ni siquiera nuestros seres queridos.

No se puede dar lo que no se ha recibido, por lo tanto el llamado inicial es SER y luego HACER.

 

convertidas del ser al hacer

NO DEJES DE ALABAR A DIOS

NO DEJES DE ALABAR

En Hechos 16:19 al 34 está el relato de cómo el apóstol Pablo y Silas fueron apresados, azotados y echados a la prisión por haber hecho un milagro de sanidad en una joven que tenía un espíritu de adivinación.

Pablo y Silas pasaron momentos difíciles, pues después de ser azotados los echaron dentro de una cárcel oscura y sucia y les colocaron grilletes en los pies.

¿Qué haríamos nosotras en semejante situación? ¿Qué haría yo?

Lo que hicieron estos dos prisioneros es sorprendente: decidieron alabar a su Señor y comenzaron a cantar himnos a Dios, tuvieron su propia reunión de alabanza y adoración en medio de la situación que estaban pasando de humillación y sufrimiento.

     El apóstol Pablo y Silas podían entender que no son las circunstancias las que deben motivarnos a adorar a Dios, sino que debemos adorarle porque Él es el único que merece ser alabado y adorado.

La absoluta dependencia y fe en Dios que el apóstol Pablo y Silas demostraron al alabar a Dios en medio de tanto sufrimiento, dolor y humillación, y luego su integridad al no huir (para que el carcelero no fuera castigado con la pena de muerte) hizo posible que una familia completa creyera en el Señor Jesucristo y pudiesen ser salvos.

La integridad de ellos era tan completa, que después de haberles predicado al carcelero y a su familia, regresaron a la cárcel. Fue hasta el día siguiente que los magistrados tuvieron que llegar personalmente a rogarles que salieran de la cárcel.

Este pasaje bíblico nos da una enseñanza muy valiosa, porque nos muestra que se debe alabar a Dios en todo tiempo. No solamente cuando estamos bien y sin problemas, sino que también en medio de sufrimientos y conflictos, y lo más importante es que nos enseña que es muy valioso alabar a Dios con nuestra manera de vivir y actuar, porque nuestro testimonio de vida es la mejor forma de alabarle a Él.

Por otro lado, también es necesario aprender que nuestra alabanza y adoración NO debe estar motivada por la intención de querer manipular a Dios: puesto que hay personas que piensan que primero deben alabarle y después ya pueden pedirle y así Dios contestará más rápido sus peticiones. No es así, puesto que a Dios es imposible manipularle.

Dios quiere que cualquiera que sea nuestra circunstancia, podamos levantar nuestras voces en alabanza y agradecimiento a Él, porque tenemos el privilegio de conocerle y de ser sus siervas.

3 Tu misericordia es mejor que la vida; por eso mis labios te alaban.
4 ¡Yo te bendeciré mientras tenga vida, y en tu nombre levantaré 
mis manos!”  

Salmo 63:3-4 (Reina Valera Contemporánea)

«VÍSTANSE CON LA BELLEZA INTERIOR…»

vistanseconlabelleza

Nuestra sociedad ha aprendido a valorar más lo externo, esa belleza exterior, un buen cuerpo, una buena figura, un bello rostro, una forma de vestir, de peinarse, el uso de accesorios externos para llamar la atención. Es cierto que la belleza si es natural llama la atención, nadie podría decir lo contrario, pero si aprendemos a valorar lo interior cada día aprenderemos a dejar el engaño de lo exterior para poder ver más hacia adentro. Es interesante notar que la belleza esta en los ojos del que mira, y surge como un componente de aquello que valoramos en demasía.
 
“En cambio, vístanse con la belleza interior, la que no se desvanece, la belleza de un espíritu tierno y sereno, que es tan precioso a los ojos de Dios.” 1 Pedro 3:4-5
Nueva Traducción Viviente (NTV)
 
Pedro nos conduce a la verdadera belleza, la que no se corrompe por el paso del tiempo, esa que procede del interior, pues no hay belleza más agradable y placentera que aquella que se vislumbra de un ser cuyo espíritu habita en la paz y la apacibilidad de Dios.
 
”Así es como lucían hermosas las santas mujeres de la antigüedad. Ellas ponían su confianza en Dios y aceptaban la autoridad de sus maridos.” 1 Pedro 3:5
 
Parece que el mundo prefiere ir tras lo superficial, tras aquello que no nos confronta, pero la palabra es verídica y poderosa para traspasar nuestros gustos y pareceres, para ir en pos de la humildad y la sumisión que cada vez parece más retrograda y anticuada.
 
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