TU GRACIA EN MI DEBILIDAD
Por: Licda. Susy de Aldana
Toma un tiempo y lee 2 Corintios 12:7-10
En este pasaje leemos que, el apóstol Pablo recibió muchas revelaciones y visiones acerca del Reino, que podrían haber sido una causa para enorgullecerse, sin embargo, padecía algo que lo afligía y hacía sufrir mucho, que él llama aguijón y lo hacía sentir débil; si bien todavía no sabemos exactamente de qué se trataba, lo importante es saber que Pablo oró fervientemente, y varias veces, hasta que recibió una respuesta del Señor, no, una respuesta tan válida como un sí, pues escuchó Su voz diciéndole: “bástate mi gracia”.
¡BÁSTATE MI GRACIA!
Para el apóstol Pablo la respuesta a su oración fue ¡Bástate mi gracia! y según el diccionario, basta es igual a suficiente, alcanza; en griego es la palabra “arkeo” que significa “suficiente, satisfecho, contento”.
Gracia es <un favor inmerecido, que Dios otorga libre y soberanamente al ser humano>. (Diccionario Teológico Ilustrado)
Podemos pensar que Pablo deseaba desesperadamente ser sano, pero tuvo que creer que la gracia de Dios era suficiente, y que con eso le bastaba. Muchas veces nosotras no creemos que la gracia de Dios sea suficiente para nosotras, dudamos tratando de arreglar las cosas por nuestra cuenta, hasta que reconocemos que nosotras somos insuficientes, incapaces, débiles.
Su gracia está en cada una de nosotras, Él quiere fortalecernos; y como Nuevas Mujeres, que hemos creído en Su Nombre y vivimos por fe. Como mujeres tampoco somos ajenas al sufrimiento, y en medio de la aflicción o el dolor que estemos pasando, Dios desea manifestarnos Su gracia y esa gracia para nuestra necesidad puede venir de dos maneras: quitando la necesidad o fortaleciéndonos para poder llevarla.
En Romanos 8:26 leemos: “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles”. En nuestra debilidad el Espíritu intercede por nosotras.
Para terminar, en este día tomemos un momento y pensemos, ¿cuál es ese aguijón que tenemos? ¿Cuál es nuestra debilidad? puede llamarse enfermedad, aflicción, tristeza o alguien de nuestra familia que nos esté pasando dolor, situaciones que no nos agrada estar viviendo y que pareciera que no tienen solución o fin.
Si la identificamos, es tiempo de cambiar nuestra actitud, entregar esa carga y rendirnos a los pies de Cristo, convencidas de que en nuestras fuerzas no lo vamos a lograr, hagamos lo que hagamos, no podemos cambiar la situación, pero sí podemos tomar la mejor actitud y reconocer que somos débiles y que necesitamos la ayuda de Dios, para que haga eco en nosotros lo que en su momento le dijo a Pablo: “Bástate mi gracia porque mi poder se perfecciona en tu debilidad”.
Vivamos cada proceso con la confianza en que nuestro Creador nos ama, démosle gracias en todo momento sabiendo que Sus planes son perfectos, no importa lo débiles y pequeñas que seamos ante las adversidades, Su gracia es todo lo que necesitamos.
Que Dios siga bendiciendo tu vida. ![]()
![]()
#NuevaMujer #LunesDeReflexión #Mujeres #UnaVozDeDiosParaTi




