UNA MUJER GENEROSA ALEGRA EL CORZÓN DE DIOS

UNA MUJER GENEROSA ALEGRA EL CORAZÓN DE DIOS

“Con generosidad le darás, y no te dolerá el corazón cuando le des, ya que el Señor tu Dios te bendecirá por esto en todo tu trabajo y en todo lo que emprendas”. Deuteronomio 15:10 (Biblia de las Américas)

El diccionario dice que generosidad es el hábito de dar o compartir con los demás sin recibir nada a cambio.

En Mateo 14:13-21. 
Mateo nos cuenta que cuando anochecía los discípulos se acercaron a Jesús y le dijeron que despidiera a las personas para que fueran a conseguir alimentos a las aldeas, pero Jesús les contestó: NO TIENEN POR QUÉ IRSE. DENLES USTEDES DE COMER.

Podemos pensar, los discípulos no tenían empresas de comida rápida, hotel, recursos materiales y económicos o cuentas de ahorro para tomar de ello y proveer a ¡CINCO MIL PERSONAS! ¡Y sin contar a mujeres y niños! Para nuestra mente humana ¡Imposible! PERO PARA DIOS TODO ES POSIBLE. Jesús hizo un milagro ese día multiplicando el alimento para una multitud, pero también hubo un corazón generoso que dio lo que tenía, cinco panes y dos peces.

Dios quiere que aprendamos a dar de lo que hemos recibido y que lo demos con un corazón generoso y alegre, enseñando la Palabra, dando testimonio con nuestra propia vida, en lo espiritual, económico y material, reconociendo que Él nos dio primero porque nos amó y siempre tendrá cuidado de nuestras necesidades porque le reconocimos como Padre y somos Sus hijas.

Es necesario decidir agradar a Dios con un corazón generoso y arrancar toda avaricia, indiferencia, preocupación y acomodamiento en nuestra vida viendo solamente mi círculo predilecto.

Te animamos a que esta semana te propongas ser generosa con alguna persona en específico o varias personas, según Dios lo vaya poniendo en tu corazón.

Mateo 10:8 “…de gracia recibisteis, dad de gracia.”

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SOY DILIGENTE


SOY DILIGENTE

 

Muchas veces nos toca estar atentas a las tareas del hogar, cuidar a los niños, cuidar la alimentación de nuestra familia, salud, o aún también cumplir con obligaciones en el trabajo, o las que hacemos algo extra para aportar a la economía de nuestra familia.

Para algunas realizar todo lo anterior es un privilegio, una oportunidad para poder servir a los nuestros, pero, ¿lo vemos como una bendición? ¿O lo vemos como una carga?

La Diligencia al igual que otras virtudes no se nace con ella, es algo que se aprende, es fruto de un principio que se ha sembrado en nuestros corazones y que lo vamos puliendo a lo largo de nuestra vida, la diligencia la vamos a desarrollar si aprendemos a administrar bien nuestro tiempo, si combatimos la pereza y amamos lo que hacemos.

• Una mujer diligente es alguien en quien se puede confiar, porque hará todo lo mejor que puede, invertirá todo su esfuerzo para terminar lo que empieza, es una persona auto disciplinada, responsable y confiable, por lo mismo se le delegará autoridad. “Los diligentes dominan a otros, los negligentes son dominados.” Proverbios 12:24 RVC

• Una mujer diligente es cuidadosa, trabaja de manera detallista, prestando atención a todos y cada uno de los detalles, no deja nada a la improvisación, tiene nuevas ideas y es creativa. Proverbios 21:5 RVR 1960

• Son aquellas mujeres que administran bien el tiempo y siempre asisten puntuales a las reuniones o actividades a las que tienen que acudir, sabe hacia dónde se dirige y los resultados que quiere alcanzar.

Como Nuevas Mujeres, debemos esforzarnos en ser diligentes en todas las labores y áreas que tenemos a nuestro cargo, sin descuidar el área espiritual que también nos traerá bendiciones y beneficios aún mayores.

En Deuteronomio 4:9, la Biblia nos habla acerca de que debemos ser diligentes en guardar su Palabra y que se la enseñemos a nuestros hijos.

Hagamos viva la Palabra, en lo que dice ROMANOS 12:11 “Si algo demanda diligencia (prontitud, rapidez, cuidado, eficacia), no seamos perezosos; sirvamos al Señor con espíritu ferviente.” (RVC, sinónimos añadidos)

No dejes de compartir esta publicación y sobre todo, reflexiona y pon en práctica lo que has leído esta mañana.

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GRATITUD

gratitud

Vivimos una vida tan acelerada, que algunas veces olvidamos las cosas que son realmente importantes, una de ellas es agradecer por todas las cosas que recibimos, muchas de éstas las damos por hechas sin meditar en el día que puedan faltarnos: el aire, el calor, el frío, la luz del sol, la lluvia, un lugar donde vivir, etc.

Cuando vamos a la Palabra de Dios, entendemos que la gratitud en nuestro corazón produce alabanza, adoración, gozo y exaltación al Señor Jesús.

La gratitud debe ser una forma de vida para nosotras como nuevas mujeres en Cristo Jesús, y debe fluir desde nuestro corazón.

SALMO 136:1 “Den gracias al Señor, porque él es bueno; su gran amor perdura para siempre.” NVI
DEBEMOS SER AGRADECIDAS CUANDO:

-Cuando nos dicen palabras amables.
-Cuando recibimos un abrazo.
-Cuando alguien nos sostiene en momentos difíciles, no importando el tiempo allí está.
-Cuando recibimos un mensaje de ánimo por las redes sociales.
-Cuando te dan un regalo por pequeño que este sea. (un dulce)

Y CUÁNTO MÁS SER AGRADECIDAS CON DIOS POR:

-Darnos la vida.
-Por perdonarnos.
-Por cuidarnos.
-Porque nos amó primero.
-Por mostrarnos un camino a través de su Hijo Jesús, etc.

Los psicólogos dicen que la Gratitud es una experiencia grata para el alma, que si la practicamos recibimos muchos beneficios, entre ellos, nos hace mejores personas, provoca mejores relaciones humanas y mejora la calidad del sueño.

No debemos olvidar que, la voluntad de Dios es que demos gracias por todo, no permitamos que la prisa por todo lo que hacemos, nos impida detenernos para agradecerle a Él por todo lo que nos da, y también por lo que NO nos da.

“Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús”. 1 Tesalonicenses 5:18

Esta semana te retamos a que agradezcas a Dios por una o varias cosas en específico.

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#Gratitud

LLAMADAS A SER MENSAJERAS DEL EVANGELIO

MENSAJERAS

Un Apóstol es un Mensajero, es aquella persona a la cual se le ha encomendado que entregue un encargo a otra persona, ese encargo puede ser un paquete, una carta, etc., y también podría ser un mensaje oral, hablado.

Pablo no dudaba en reconocer “por la gracia de Dios soy lo que soy”, un apóstol, un mensajero de Dios, un hombre que desde su encuentro con Jesucristo consideró como la meta de su vida llevar el mensaje del Evangelio a todo lugar y a toda persona. Para Pablo la Buena Noticia del Evangelio fue tan importante que dedicó su vida entera a difundirla, hasta el día de su muerte.

Ser mensajeras del Evangelio es una obligación que adquirimos en el momento en que recibimos a Jesucristo como Señor en nuestra vida, ya que le recibimos a Él como consecuencia de haber escuchado el Mensaje del Evangelio.

Estamos acostumbradas a pensar que es responsabilidad de otros el transmitir el mensaje del Evangelio, pero la verdad es que esta responsabilidad la tenemos TODOS los cristianos y es una responsabilidad que una Nueva Mujer debe cumplir.

Jesús le encarga a todos sus discípulos que transmitan este mensaje porque según dice 2 Pedro 3:9 “…Él no quiere que nadie se pierda, sino que todos procedan al arrepentimiento” y debemos estar conscientes que existen personas que quizá la única oportunidad que tendrán de oír el mensaje del Evangelio será a través de ti, que eres una Nueva Mujer y por lo tanto una discípula de Jesucristo.

1 Timoteo 2:4 dice: «el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad».

No te pierdas la oportunidad de servir a tu Señor y a tu prójimo a través de obedecer Su mandato divino de llevar el mensaje.

¿Quien dice YO acepto el llamado?

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FORTALEZA

fortaleza

Edificar y mantener una vida agradable, son propósitos que todas anhelamos tener en la vida, no importa la edad que tengamos, lo ideal sería llevar una vida libre de problemas, pero, en realidad, en algún momento de nuestra vida, tenemos que enfrentarnos a ellos.

Nadie está libre de que le sobrevenga la prueba. Lo dice el sabio Salomón en Eclesiastés 9:11 «…a todos les llegan buenos y malos tiempos.”

Sin duda, Dios desea fortalecernos, saber que le importamos a Él y que nunca nos abandonará, nos da fuerza para seguir adelante cuando muchas veces creemos que nuestros problemas no tienen solución. Él tiene el poder para ayudarnos y ser fortalecidas por medio de Su Palabra.

“El Señor se acuerda de nosotros cuando estamos abatidos. ¡Su misericordia permanece para siempre!” Salmos 136:23 RVC

Es necesario ver a nuestro alrededor y pedirle a Dios que nos guíe para poder dar fortaleza con sabiduría a nuestra familia, amigos, vecinos, etc., cuando lo necesiten. En los grupos de Nueva Mujer podemos experimentar la belleza de la amistad a través de la cual, podemos unas a otras, fortalecernos y animarnos. Hebreos 13:16 RVC “No se olviden de hacer bien ni de la ayuda mutua, porque éstos son los sacrificios que agradan a Dios.”

1 Tesalonicenses 5:11 RVC “Por lo tanto, anímense y edifíquense unos a otros, como en efecto ya lo hacen.”

Ofrezcamos nuestras oraciones, nuestra amistad, el cariño, de una preocupación real por su situación y, si soy yo, la que está pasando por alguna prueba, acerquémonos a quien nos ofrece su ayuda, afecto y fortaleza pero, principalmente acudamos a la fuente verdadera de fuerza: Dios nuestro Señor.

Comparte esta publicación si fue de edificación y pon en práctica lo que has leído.

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