ENTRE PEÑASCOS Y RODEADOS DE ENEMIGOS

Por: Licda. Judith Cahuex Lemus

¿Te has encontrado parada en medio de circunstancias, problemas, enfermedades tan grandes que parecen peñascos o rocas imposibles de escalar?

1 Samuel 13 y 14, nos relatan la historia, de cómo Saúl, el rey de Israel, con una amenaza de guerra y destrucción en donde no encontraba consuelo para él ni para dar a los que los que lo acompañaban, trató de buscar salidas para librarse del ejército enemigo. Con los filisteos listos para atacar, los israelitas se vieron en la necesidad de buscar dónde esconderse, la Biblia dice que se escondían en cuevas, rocas, peñascos, túneles y zanjas, entre otros.

Saúl era un rey con excelentes cualidades físicas, posiblemente un buen militar, pero sin un corazón como Dios quería; su resistencia a obedecer los mandatos de Dios lo condujo a la destrucción de su reinado. 

Hay circunstancias y momentos que sentimos que sobrepasan nuestro entendimiento y nuestras fuerzas, pensando que El Señor se está tardando demasiado en responder nuestra oración y por ello decidimos actuar sin Él, y  tomamos decisiones que están fuera del orden de Dios.

Nuestra salida, nuestra seguridad, es Dios únicamente la encontramos en Él, no hay nada más bajo, ni más alto que escape de Su control. Romanos 8:38-39 RVC

Con el rey Saúl se encontraba Jonatán, su hijo, quien después de lo que sucedió con su padre, tomó a su escudero y decidió ir al campamento de sus enemigos, con la confianza puesta en “…quizá haga algo Jehová por nosotros, pues no es difícil para Jehová salvar con muchos o con pocos”, (1 Samuel 14:6), demostrando tener más fe que su padre Saúl, quien se había quedado en Gabaa con 600 hombres. 

El camino por donde debían pasar, Jonatán y su sirviente, estaba entre dos grandes peñascos, que, al ser descubiertos por los filisteos, tuvieron que escalar. Los dos infundieron tanto temor en los filisteos, que ellos empezaron a matarse entre sí, fue tanta la conmoción, que llegó a oídos de Saúl quien inmediatamente se unió a su hijo, y a él se unieron los hebreos que antes se habían unido a los filisteos, además los israelitas que se escondían en la sierra de Efraín oyeron que los filisteos estaban huyendo, así que ellos también se unieron a la batalla y empezaron a perseguirlos. “Así, libró el Señor a Israel aquel día y la batalla se extendió más allá de Bet Avén”. 1 Samuel 14:23 NVI

Debemos estar conscientes que cada situación vivida y por vivir en la que sintamos que no nos quedan fuerzas, DETENDRÁN AL SEÑOR, no luchemos en nuestras propias fuerzas, planes o deseos, despojémonos de toda duda, ira, impotencia, que nos originan las circunstancias difíciles y, sobre todo, no permitamos que estas nos cieguen y hagan que tomemos decisiones fuera de la voluntad de Dios, dejémoslo todo en Sus manos y esperemos a ver Su poder.

Recordemos lo escrito en Salmos capítulo 18:1-3 “Te amo, oh Jehová, fortaleza mía. 2Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio. 3Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado, Y seré salvo de mis enemigos.”

Dios te bendiga.

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EMBAJADORA DE CRISTO

Un cristiano es representante de Cristo en la tierra y está llamado a vivir una vida diferente que lo distinga y que le de gloria a Dios.

La Palabra de Dios dice que somos embajadoras de Cristo.

2 Corintios 5:20 “Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.” 

Esto es porque hemos sido llamadas para anunciar lo que Dios hizo por la humanidad cuando envió a Su Hijo Jesucristo “hecho Hombre” para proveernos el camino de la salvación. Los que ya hemos recibido el regalo de la salvación estamos obligados a trasladarles este mensaje a los que todavía no conocen a Cristo.

¿Qué significado tiene para ti ser Embajadora de Cristo?

Podemos mencionar que:

  • Significa hacer lo correcto, aún cuando nadie me está viendo.
  • Significa encontrar la forma de ser una pacificadora, de lograr que las personas restauren relaciones rotas.
  • Significa salir cada día con una actitud de fe en Dios y acción de gracias.
  • Significa que tengo que entregarle a Dios cada día todo mi ser, para que Él haga su obra en mi vida y así pueda llegar a ser como Él.

Para poder ser verdaderamente una representante de Cristo en la tierra la meta es llegar a ser como Él y esto solamente se puede alcanzar a través de pasar tiempo con Él.

Por último, te animo para que te comprometas a pasar tiempo con Dios todos los días. Si de verdad lo haces, se desarrollará el carácter de Dios en Ti, tu vida se transformará y el resultado será que le traerás gloria a nuestro Padre que está en los cielos.

ORACIÓN

¡Ayúdame Señor a ser cada día más como Tú!

Señor muéstrame todo lo que hay en mí que no te agrada, que no edifica a quienes me ven y ayúdame a cambiar para que mi vida haga la diferencia y sea una embajadora tuya, que en todo te de la Gloria a Ti.

Amén.

¡Dios te bendiga! No dejes de compartir esta reflexión. 

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UN LUGAR AGRADABLE

UN LUGAR AGRADABLE

Por: Mariflory Rios

¿Qué es lo que viene a nuestra mente cuando pensamos en un lugar agradable? podría ser un valle lleno de vegetación, fresco, placentero, tranquilo; una playa, agua, palmeras; o tu habitación: acogedora, apacible y reconfortante. A cada uno de estos sitios podríamos llamarle “un lugar feliz”.

Ahora bien, ¿Qué significa un lugar feliz? Podríamos decir que es aquel lugar o estado de ánimo que nos hace sentir bien.

Génesis 1:1 “En el principio creó Dios los cielos y la tierra.”

En el capítulo 1 del libro de Génesis, encontramos el primer lugar agradable que Dios creó para que el hombre y la mujer habitaran. En Génesis capítulo 3 leemos que ellos desobedecieron el mandato que Dios les había dado, y que, aunque ese lugar agradable llamado “el Jardín del Edén” siguió ahí, ellos ya no pudieron seguir disfrutándolo.

Algunas veces vamos a estar en el lugar perfecto, pero sin poder disfrutarlo, ¿qué nos impide disfrutarlo? ¿será por algo que hicimos que no estuvo bien y estamos viviendo la consecuencia? O ¿será por nuestro estado de ánimo? Podría ser que todo esté bien a nuestro alrededor, pero nosotras mismas saboteamos el ambiente. Meditemos sobre esto en nuestro interior.

Tenemos que recordar que somos hijas de Dios, que debemos dar testimonio de por quien vivimos y a quien servimos, que debemos dar un buen fruto en el lugar donde nos encontremos, con nuestra actitud y nuestro servicio a quienes nos rodean, podemos hacer que un lugar sea agradable. Colosenses 1:10 NBV (Nueva Biblia Viva) “ Así podrán agradar y honrar al Señor en todo; harán toda clase de buenas obras y conocerán cada día más y mejor a Dios.”

¿Es fácil? ¡Claro que no! En Hebreos 12:2 NVI leemos: “Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios.”

Afortunadamente tenemos el mejor ejemplo en nuestro Señor y Salvador Jesús, Él vio más allá del sufrimiento y de Su muerte en la cruz, Él vio el gozo que le esperaba de vencer a la muerte y restaurar la relación de Dios con la humanidad.

Pongamos nuestra fe en Jesús, Él es el principio y el fin, es quien prometió que si permanecemos en Él podremos llevar mucho fruto (Juan 15:5); y si somos fieles a Él podemos estar en ese “lugar feliz” que es vivir en Su presencia.

Y aunque ahora no estemos físicamente en Su presencia, nuestra esperanza es encontrarnos un día frente a Él y escucharle decir: “🤗💜…Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.” Mateo 25:23

¡Dios te bendiga! 🤗💜

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DIOS TE ESCUCHA

DIOS TE ESCUCHA

Por: Lucky Orellana

¿En tiempo de dificultad la oración es tu primer instinto o tu último recurso?

La oración es la base de nuestra relación con Dios, es un ingrediente fundamental que no podemos omitir en nuestra vida diaria, ya que por medio de ella nos comunicamos con Él y podemos conocerle. Salmo 18:6

En el libro de Daniel encontramos una escritura que nos muestra como Dios escuchó su oración. “Entonces me dijo: No tengas miedo, Daniel. Tu petición fue escuchada desde el primer día en que te propusiste ganar entendimiento y humillarte ante tu Dios. En respuesta a ella estoy aquí”. Daniel 10:12 NVI

Definitivamente, recibir esta respuesta de Dios fue muy alentadora para Daniel, así también son Sus respuestas para nosotras.

Tenemos un Dios que nos escucha y siempre pone atención a nuestro clamor, la Palabra de Dios nos dice que Daniel esperó 21 días para recibir esta respuesta de parte de Dios, pero el Ángel que se le apareció le hizo saber que el día que él había orado a Dios, en ese instante Dios lo había escuchado.

Es fascinante poder leer este pasaje y poder entender que Dios atiende a nuestro clamor, y que Él traerá respuesta a cada una de nuestras oraciones, debemos comprender que no estamos solas, que tenemos un Dios que nos escucha. En Jeremías 29:12 leemos: “Entonces ustedes me invocarán, vendrán a suplicarme y yo los escucharé”. NVI

Confía en Dios.

Dios a través de Su Palabra, nos enseña cómo relacionarnos con Él en las diversas circunstancias de la vida. También Su Palabra nos demuestra la soberanía y bondad de Dios para Su pueblo, inspirándonos a confiar en Él.

Leemos: “…Bienaventurados todos los que en él confían”. Salmos 2:12

“Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo”. Juan 16:33

Las palabras de Jesús son una gran nota de triunfo en las cuales podemos afirmar nuestra vida y confiar.

El apóstol Pablo en varias ocasiones nos exhorta a orar, en Colosenses 4:2.

La oración no solo es para pedir por nuestras necesidades, sino para poder estar en constante comunicación con nuestro Creador, es para rendir alabanza, agradecimiento y adoración, porque Él es Dios y merece lo mejor de nosotras que somos Su creación. (1 Tesalonicenses 5:17)

Para terminar, la oración trae paz a nuestra alma, llevándonos a confiar plenamente en el plan que Dios tiene para nuestra vida, acerquémonos con toda confianza al trono de la gracia de Dios, y digámosle todo aquello que quizás, solo nosotras y Él conocemos, y así al levantarnos de nuestro lugar de oración, tendremos la seguridad que, así como escuchó y respondió la oración de Daniel, va a responder la nuestra, si pedimos de acuerdo con Su voluntad.

Pidámosle a Jesús que nos enseñe a orar, así como lo hizo uno de sus apóstoles, (Lucas 11:1) y hagamos de la oración, nuestro primer recurso.

Buen día, no olvides en compartir esta reflexión. ¡Dios te bendiga! 💜🤗

MI PAPEL COMO MUJER Y MADRE

Por: M.Th. Magda de Custodio

En el libro de Génesis encontramos el relato del momento en que Dios creó al ser humano, es decir “al hombre y a la mujer”, lee Génesis 1:26-28.

Es importante entender que, cuando en este pasaje del libro de Génesis dice hagamos al hombre”, se está usando la palabra hombre como sinónimo de “humano”, es por ello que en el versículo 27 lo dice en una forma más clara: “varón y hembra los creó.

Dios creó a cada mujer completamente preparada para toda buena obra, con sus atributos dados por Dios, bendita para sojuzgar, dominar, someter la tierra y su plenitud, y asimismo con todas las capacidades, dones, virtudes, aptitudes, para funcionar como seres pensantes, inteligentes, razonables, fuertes, etc. Tanto en lo físico, como espiritual y emocional, Dios creó nuestro ser con toda la capacidad para ser personas equilibradas.

Independientemente de su condición actual, desarrollada en lo que hace a diario, nos debemos ver como el ser humano que es parte del “maravilloso mundo creado por Dios”, donde seguirán las generaciones multiplicándose, y así ser parte de la continuación de la especie humana, pues la mujer está preparada para dar vida dentro de ella, es decir ser Madre.

Un principio que nos da identidad

Porque como fundamento sólido, como roca firme es el corazón de la mujer que guarda los mandamientos de Dios”.

Toda mujer tiene la responsabilidad de cumplir el mandato que leemos en Deuteronomio 11:13, “Si obedeciereis cuidadosamente a mis mandamientos que yo os prescribo hoy, amando a Jehová vuestro Dios, y sirviéndole con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma”. Es necesario comprender que los mandamientos nos sirven para aprender a amar a Dios.La mujer que primero aprende a amar a Dios, tendrá un fundamento sólido como hija, como esposa, como madre, como profesional, como ciudadana. Y también será como una lámpara que ilumina el camino de sus hijos, pues con su ejemplo de vida les enseñará a amar y temer a Dios, de tal forma que logrará que ellos alcancen las metas más altas y tengan éxito.

La mujer preparada para toda buena obra

2 Timoteo 3:17 dice:“a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”. En la función de madres tenemos que edificar nuestra casa, y hay un fundamento que debemos enseñar a nuestros hijos desde que son pequeñitos: “la verdad de la Escritura”, pues tenemos la promesa, dada por Dios, que así tendrán largura de vida.

En Éxodo 20:12 dice “12 Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.” Es muy importante grabar en la mente y corazón de nuestros hijos estas palabras, pues serán un fundamento importante para sus vidas:

  1. Obedecer a los padres
  2. Respetar a sus padres
  3. Sustentar a sus padres

En Efesios 6:2, el apóstol Pablo escribió: “Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.”

Vemos pues, que la tarea de una madre es grabar en su hijo el amor y el temor de Dios.

Para terminar, cada una de nosotras debemos entender que Dios es nuestro Creador y nos hizo con una identidad, no importando lo que otros digan, y que también tenemos un papel para hacer en esta vida, como mujer y como madre, construir y formar a nuestros hijos y esto no tiene precio. Porque como dijo el apóstol Pablo: “no que lo haya alcanzado todo, prosigo a la meta del supremo llamamiento”, haciendo la voluntad de Dios en mi vida, como mujer y madre, siendo parte activa de la Creación y de la historia.

Dios te bendiga.  ¡Feliz semana!