PROSIGO A LA META

PROSIGO A LA META

 

Cita el apóstol Pablo: “No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”. Filipenses 3:12-13 y 14.

Cuando levantamos la vista y vemos hacia el futuro, dejando atrás todo lo que no nos deja despegar a una vida plena y más libre, es necesario ponernos una meta, una visión, un motivo, para esforzarnos a seguir adelante. Nuestra meta tiene que ver con conocer y entender la Palabra de Dios, con la guía del Espíritu Santo, para ponerla en práctica y manifestar el carácter de Jesús. De esta manera y manteniéndome con la mirada en Él, podré gozar de todo lo que tiene para mí.

Dios puede hacer la obra en mí, me dispongo para el cambio continuo como dice el Salmos 51:10: “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí”. Algo que nos puede llenar de ánimo, gozo y seguridad para proseguir a la meta es que Dios es el más interesado en que lleguemos. ¡Ánimo, sigue adelante!
#LunesDeReflexión #NuevaMujer #UnaVozDeDiosParaTi#Fe

PERSUACIÓN

persuación

Persuadir es inducir, motivar o impulsar a alguien (por medio del razonamiento) a creer en algo, o a hacer algo. Los cristianos estamos llamados a convencer, a persuadir a aquellos que todavía no han creído en Jesucristo llevándoles el mensaje de salvación y vida eterna en Cristo Jesús para sus vidas.

Es obvio que para tener la libertad de hablarle a otras personas de Cristo y para poder persuadirlos que necesitan reconocer a Jesucristo como Señor y Salvador, primero necesitamos estar totalmente persuadidas nosotras, así como conocer de lo que estamos hablando.

Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús.”  2 Timoteo 3: 14-15

El argumento más impactante para persuadir a alguien sobre el mensaje de Dios, es que vea mi vida transformada.

Entonces, ¿por qué en lugar de enseñar a otros no te enseñas a ti mismo? Tú le dices a la gente que robar no está bien, pero robas.   Dices que no se debe cometer adulterio, pero cometes ese pecado. Dices que detestas a los ídolos, pero entras a los templos a robarte esos ídolos.  Te sientes muy orgulloso de decir que conoces la ley de Dios, pero deshonras a Dios cuando no la cumples.   Por eso está escrito: «Los que no son judíos insultan a Dios por culpa de ustedes». Romanos 2:21-24 PDT

Ciertamente, sería muy difícil encontrar a una cristiana o cristiano que sea “perfecto”, hasta el apóstol Pablo decía que él no lo había podido lograr, pero que seguía trabajando en su vida para lograrlo. (Filipenses 3:12)

Por eso, a pesar de nuestras imperfecciones, es necesario que cada día nos ocupemos en vigilar nuestros pensamientos, actitudes y acciones para que nuestra vida demuestre que realmente hemos creído en Dios y que Él sí puede cambiar a las personas.

Nosotras somos embajadoras de Cristo, por lo tanto es necesario que cuando le hablemos a otras personas, nos detengamos y pensemos antes de hablar. No intentemos “imponerles” nuestra fe en Cristo porque de esta forma probablemente vamos a encontrar rechazo. Es mejor que primero escuchemos sus necesidades y luego les hablemos de cómo en Jesús nosotras encontramos la paz y una nueva vida.

Esforcémonos para que cada día “Cristo crezca en mí” y así mi vida sea un testimonio efectivo que respalde a mis palabras cuando le hable de Cristo a otras personas.

UN CORAZÓN AGRADECIDO

CORAZON AGRADECIDO.png

 

“Aunque la higuera no florezca, ni haya frutos en las vides; aunque falle la cosecha del olivo, y los campos no produzcan alimentos; aunque en el aprisco no haya ovejas, ni ganado alguno en los establos; aun así, yo me regocijaré en el SEÑOR,
¡me alegraré en Dios, mi libertador!” Habacuc 3:17

La palabra AGRADECER la podríamos definir así: es devolver algo por lo que yo ya recibí.

Agradecer es un término muy oído y hablado entre nosotras pero ¿realmente sabemos y “vivimos” su significado?

UN CORAZÓN AGRADECIDO, Es un corazón que arde, que tiene pasión por Aquel que le dio todo.

Cuando yo reconozco el sacrificio de Cristo en la cruz del calvario, que me dio todo sin merecerlo, entonces, tendré un corazón agradecido, pues valoraré todo lo que tengo porque sé que es por gracia y le daré gracias siempre a Dios por lo que Él es y no por lo que pueda darme.

Muchas veces se hace más fácil decir lo que no falta o lo que necesitamos…. Y entonces las oraciones a Dios se convierten en listados de peticiones que en palabras de gratitud.

Pablo decía que él había aprendido a estar contento cualquiera que fuera su situación, ya sea de abundancia o de escasez. Filipenses 4:11-12 dice: «…Yo sé cómo vivir en pobreza o en abundancia. Conozco el secreto de estar feliz en todos los momentos y circunstancias: pasando hambre o estando satisfecho; teniendo mucho o teniendo poco.»

Como resultado de reconocer quién me lo da todo, tendré una vida de alabanza y de intimidad más profunda con Dios a través de la oración y de leer la Palabra.

Como resultado de esta relación con Dios, voy aprender a amar y servir a mi prójimo, que es un mandamiento.
Mateo 10:27 “…Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.”

Debo verme como alguien valiosa y victoriosa que tiene mucho que darle a los demás.💜🙋‍♀️

Comenta ¿por qué tu corazón esta agradecido el día de hoy?

#NuevaMujer #LunesDeReflexión #UnaVozDeDiosParaTi

FORMADA PARA SERVIR A DIOS

formada para servir a dios

 

“Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica”. Efesios 2:10 (NVI)

Tú fuiste puesta en la tierra con un propósito, servir a Dios y a los demás. Cuando servimos a otros verdaderamente servimos a Dios y cumplimos Su propósito. No estamos sólo para respirar, comer, divertirnos y ocupar un espacio, sino para hacer buenas obras, porque no somos salvas por las obras, sino somos salvas para hacer buenas obras.

En Mateo 20:27-28, Jesús nos dice: “Tu actitud debe ser igual a la mía, porque yo, el Hijo de Dios, no vine a ser servido sino a servir y dar mi vida por ustedes.” (BAD)

Jesús vino a servir y dar, y esos dos verbos también pueden definir tu vida en la tierra, servir y dar.

Dios te da oportunidades, te abre espacios, abre puertas y a veces las cierra, Dios te da, habilidades y dones diferentes, los cuales pueden ser físicos, como: facilidad de palabra, voz para el canto, don para la pintura, la danza, la música, finanzas, o pueden ser también recursos económicos.

En Hechos 9:36 al 43 se nos cuenta la historia de Tabita o Dorcas quien era discípula del Señor, dice que ella abundaba en buenas obras y en donaciones que hacía, estas buenas obras resultaron ser túnicas y vestidos que ella confeccionaba con sus propias manos, para luego hacerlos llegar a las personas que necesitaban ropa para cubrirse. Vemos que esta mujer, utilizaba los dones manuales y creativos para ayudar a las personas con necesidades, invertía sus recursos con el fin de que otros fueran beneficiados.

La Biblia dice: ”Cada uno ponga al servicio de los demás el don que haya recibido, administrando fielmente la gracia de Dios en sus diversas formas”. 1 Pedro 4:10 (NVI).

Probablemente situaciones y circunstancias intentarán robarte el gozo de tu servicio para Él, experiencias que muchas veces son procesos dolorosos, pero que al final tienen un propósito en tu vida y en la de los demás. (2 Timoteo 2:15, Romanos 8:29).

Fuimos creadas para Su gloria y estamos siendo formadas cada día para parecernos más a Él. Descubre lo que te gusta hacer, lo que puedes hacer y úsalo para Su gloria.

#NuevaMujer #LunesDeReflexión #UnaVozDeDiosParaTi #Servicio

HACER EL BIEN

hacerelbien.png

 

Hacer el bien puede ser un trabajo agotador. Es fácil desanimarse, perder interés en nuestra tarea, o aun darse por vencido. El incentivo para hacer el bien es esencial.
Gálatas 6:9 (RVC) “No nos cansemos, pues, de hacer el bien; porque a su tiempo cosecharemos, si no nos desanimamos.” Hacer el bien es semejante a la siembra del grano en el campo. No veremos los resultados de la siembra inmediatamente, pero a su tiempo cosecharemos, si no desmayamos.

Si el sembrador se cansa de tirar la semilla y solo siembra la mitad del campo, solo cosechará la mitad. Si queremos una cosecha completa de buenas obras, debemos sembrar y tener paciencia como el sembrador que espera el precioso fruto de la tierra (Santiago 5:7). Muchas veces queremos sembrar la semilla para luego cosechar ese mismo día. El fruto lo tendremos abundante en el tiempo correcto.

Sabemos que las buenas obras, hechas como para El Señor, producirán una buena cosecha. Dando es como recibimos, puedes traer consuelo y alivio a las personas necesitadas el extenderte al necesitado puede detener el deterioro moral de la sociedad y hacer de nuestro país sea mejor lugar para vivir (1 Timoteo 2:1-4). El bien que debemos hacer a toda persona se cumple por medio de la obra del Espíritu Santo en nosotras. Solo al tener una relación con El Señor podrán nuestras vidas producir mucho fruto que permanecerá por la eternidad.

Gálatas 6:10 Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos y mayormente a los de la familia de la fe.” La frase, A TODOS indica que el amor cristiano no tiene limitaciones.

Cuando tenemos amor a Dios, nuestra compasión debe extenderse hacia todos, demostrando nuestra firme dedicación al mandato del amor a nuestro prójimo, también estaremos creando un ambiente que atraerá a otros a la familia de Dios.

#NuevaMujer #LunesDeReflexión #UnaVozDeDiosParaTi #HacerElBien