OPTIMISTAS O PESIMISTAS

“El pesimista ve la dificultad en cada oportunidad; el optimista ve la oportunidad en cada dificultad”. (Winston Churchill).

Optimista es la persona inclinada a ver el lado favorable de las cosas, y pesimista es la persona que prefiere ver y juzgar las cosas del lado más desfavorable.
La diferencia entre una actitud optimista y una pesimista es el enfoque con el que consideramos las situaciones y la diferencia para afrontarlas será nuestra fe en Dios y nuestra actitud.

Nuestra actitud la podemos cambiar y mejorar, debemos aprender a pensar en las nuevas oportunidades que se presentan y afrontar las dificultades. Superar las condiciones contrarias, las fallas, errores y contratiempos nos ayuda a lograr las metas y objetivos propuestos.

La Biblia dice: “Esforzaos todos vosotros los que esperáis en Jehová, y tome aliento vuestro corazón”. Salmos 31:24

Entender el propósito y el plan que Dios tiene para nosotras nos dará la motivación y seguridad para vencer todo lo que se presente. Con optimismo, podemos enfrentar nuestras dificultades, estando firmes en medio de todo. (Jeremías 29:11)

Después de haber reflexionando sobre lo que una actitud positiva o negativa puede significar en nuestra vida, la pregunta sería, ¿Cuál prefiero que domine mi forma de pensar?

¡Hasta la próxima!

#nuevamujer #lunesdereflexion #unavozdediosparati

 

OPTIMISTAS O PESIMIESTAS

¡FUERTES Y VALIENTES!

SEAN FUERTES

«23 ¡Amen al Señor todos los justos!
    Pues el Señor protege a los que le son leales,
    pero castiga severamente a los arrogantes.
24 Así que, ¡sean fuertes y valientes,
    ustedes los que ponen su esperanza en el Señor

Salmos 31:23-24 (NTV)

Señor, perdona nuestras quejas y temores; aumentar nuestra fe, la paciencia, el amor y la gratitud; enséñanos a regocijarnos en la tribulación y mantén nuestra  esperanza viva mientras esperamos que tu obra se haga en nosotras.

 

LIBRE SOY

En tiempos antiguos “ser libre” no era para todos, la esclavitud era  común, se obtenían esclavos en la conquista de naciones, se compraban y se vendían a sí mismos para ser esclavos y cancelar alguna deuda. Cuando alguien era esclavo, no podía hacer lo que quería, estaba bajo el mando de su amo, era una posesión.  Así que ser libre, es algo muy significativo en la vida del ser humano.

En este tiempo Dios nos da la oportunidad de ser libres. La Palabra de Dios nos dice: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.”  2 Corintios 5:17

Cuando Dios sacó al pueblo de Israel de Egipto fue para llevarlo a una tierra nueva, pero en ese proceso, el pueblo anhelaba lo que habían dejado atrás. Éxodo 16:3

Muchas veces nos ocurre lo mismo, sabemos que Dios ha hecho grandes cosas en nuestra vida, pero cuando estamos atravesando procesos difíciles, renegamos y podría ser que hasta maldecimos, y olvidamos todo lo que El Señor ya hizo por nosotras.

Los israelitas salieron de Egipto, pero el vínculo que tenían con Egipto no salió de ellos. La pregunta hoy para nosotras es: Si El Señor nos limpió del pecado, ¿voluntariamente vamos a volver a pecar?

 

Nuestra actitud es vital para el desarrollo de una vida nueva en la que vivimos obedeciendo a la Palabra de Dios.

 Efesios 4:22-32 En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre…” 

  • Desechar mentira – hablar verdad.
  • Está permitido airarnos – Pero no debemos pecar.
  • No dar lugar al diablo – No ceder ante la tentación de pecar.
  • El que robaba – No robe más.
  • Ninguna palabra corrompida debe salir de nuestra boca – Sólo palabras de edificación.
  • No contristéis al Espíritu Santo – Ser llenos del Espíritu Santo.
  • Quitarnos toda amargura, enojo, ira, gritería maldad, malicia – Ser misericordiosas, perdonando ¡como Dios nos perdonó a nosotras!

Estos versículos nos resumen los cambios que debieran ocurrir en la vida de un creyente, de un discípulo de Jesús y poder experimentar la vida en libertad que Dios quiere darnos.

Por otra parte, no podemos olvidar que hemos sido redimidas.   Romanos 3:24 dice: “siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”.

Según el diccionario de la Real Academia Española, redención es, rescatar o sacar de esclavitud al cautivo mediante precio.

Hemos sido redimidas y justificadas, y este veredicto incluye perdón de la culpa y el castigo por el pecado. Este es un regalo de Dios para nosotras y sólo lo recibimos por fe.

Lo que Jesús hizo por nosotras para que podamos ser libres:

  • Dio su vida, pagando el precio más alto al derramar su sangre.
  • Nos dio libertad total, éramos esclavas del pecado y controlaba nuestra vida.
  • Cristo se hizo hombre y tomó el acta de decretos que el adversario levantó contra nosotras y la canceló en la cruz del calvario. Su sangre fue el precio que pagó por nuestra redención. “y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz”. Colosenses 2:13-15

 Ahora toma tu biblia y lee detenidamente estos pasajes y medita en el poder que existe en el sacrificio de Jesús en la cruz del calvario.

  • Se hizo Hijo de hombre para que yo sea hija de Dios. Juan 1:12  
  • Se hizo pecado para que fuésemos hechos justicia de Dios en Él. 2 Corintios 5:21
  • Se hizo maldición para que yo disfrute de sus bendiciones. Gálatas 3:13
  • Tomó nuestras enfermedades para que yo disfrute de salud. Isaías 53:4-5
  • Se hizo pobre, para que con su pobreza yo sea enriquecida 2 Corintios 8:9
  • Murió y resucitó para que yo tenga vida eterna. Juan 3:16
  • Ser semejante a Él. 1 Juan 3:2

Concluyendo, nosotras podemos decir que somos libres porque Dios entregó a Su Hijo para darnos esa libertad que no merecíamos, Jesucristo pagó el precio por nuestros pecados y a través de ese sacrificio nosotras somos libres. Podemos usar la libertad como cada una de nosotras decida, pero Dios espera que seamos obedientes a Su Palabra y gocemos los beneficios de la libertad que Él nos ofrece.

#LUNESDEREFLEXION #NUEVAMUJER #UNAVOZDEDIOSPARATI #GUATEMALA

libre soy

DE LA MENTIRA A LA VERDAD

DE LA MENTIRA A LA VERDAD

Vivimos en una sociedad dónde uno de los problemas y pecados más comunes es la mentira, a tal punto que la conciencia se ha vuelto insensible y se ha ido debilitando respecto a esto. Dios nos ordena hablar con la verdad y no pecar contra Él.

Según el diccionario, Mentira es la expresión o manifestación contraria a lo que se sabe, se piensa o se siente. (RAE) Su esencia es el engaño.

Es la afirmación de una cosa, cuando en realidad es diferente o contraria a la verdad.
Verdad es conformidad de lo que se dice con lo que se siente o se piensa. (RAE).
 
¿Por qué mentimos? Es una actitud solamente de lo que decimos o tiene que ver con lo que somos? Usualmente mentimos para conseguir algo que queremos, y también mentimos para quedar bien con alguien.
Dios condenó este mal tan común en la sociedad desde el principio, en la Biblia leemos:
 
Levítico 19:11: “No roben. No mientan, No engañen a su prójimo”. (NVI)
Efesios 4:25a: “Por lo tanto, dejando la mentira, hable cada uno a su prójimo con la verdad…” (NVI)
 
Como mujeres temerosas de Dios, entendiendo que nos somos perfectas todavía, debemos ir desechando por completo de nuestra vida todo lo que tenga que ver o se relacione con la mentira, falsas apariencias, exageraciones, añadir a la verdad, la traición a una confidencia, chismes, presentación de excusas falsas, etc. etc., entendiendo que de todo esto daremos cuenta a Dios.
 
Existe una estadística alarmante sobre la conducta humana que ha podido determinar que una persona miente hasta 200 veces por día y sería muy difícil contradecir esto, tomando en cuenta nuestra realidad y los escándalos a nivel mundial, esto no es ajeno a los creyentes y discípulos. La verdad y la mentira se encuentran a disposición de las personas en el diario vivir de cada una. ¿Cómo podemos realizar los cambios necesarios en nuestra conducta como discípulos?
 
En Romanos 12:2 el apóstol Pablo nos anima a dejar de ser como éramos antes de conocerle, nos exhorta a dejar de amoldarnos al sistema de costumbres, conductas, modos de vestir, etc., que muchas veces la sociedad establece. Las prioridades del cristiano no deben estar en las cosas de este mundo, pues éstas pasan, terminan en algún momento, nuestros bienes, privilegios, juventud, amigos, dinero, etc.
 
Dios aborrece la mentira porque ÉL ES VERDAD y porque es la naturaleza del mal, (del diablo) que es padre de mentira; Juan 8:44.
 
Y Cristo fue nuestro ejemplo para siempre hablar verdad.
 
Mateo 5:37: “Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede”. Jesucristo nos ordena ser absolutamente veraces.
 
Siempre debemos hablar la verdad, el que dice la verdad es digno de confianza, y para hablar la verdad es necesario pensar la verdad y no guiarnos por prejuicios, intereses personales, ilusiones o fantasías.
 
Pasos hacia la verdad:
 
• Arrepentirnos, mencione su problema por su verdadero nombre PECADO.
Por su transgresión a la ley de Dios.
• Confiese su pecado y reciba perdón y limpieza; 1 Juan 1:9
• Rechace el pecado, ríndase a Dios, Romanos 6:12-14
• Determine obedecer a Dios y vivir basado en la verdad en todas las cosas.
• Tenga disciplina en su vida hasta desarrollar una nueva actitud basada en la honestidad y veracidad.
En conclusión, el camino “de la Mentira a la Verdad”, puede ser un proceso difícil en nuestra vida, pero muy necesario, y de alguna manera los discípulos de Jesús todavía seguimos mintiendo y dejando de hablar la verdad, esto no debería ser así, porque somos santos en Cristo; no hay mentiras grandes o pequeñas, no hay mentiras blancas o negras, todas son PECADO delante de Dios, Él nos ordena ser absolutamente veraces y desechar la mentira en todas sus formas, la mentira quiebra la confianza, obstruye la fe y ata los sueños; provoca rencor, amargura, ansiedad, celos, discusiones y alejamiento. Te impide crecer y desarrollarte en el propósito de Dios para tu vida.
 
Comprométete con Dios a hablar verdad. Anima a tu familia, amigos y personas alrededor a que hablen la verdad.