MILES PARA EL REINO

Por: Sandra Kadera

Dios quiere que todos los seres humanos lo conozcan, quiere manifestar Su gloria aquí en la tierra, como lo manifiesta en el cielo, y lo quiere hacer a través de nosotras, podemos ser portadoras de Su mensaje, así que nuestro gran objetivo debiera ser: Miles para el Reino.

La misión de Jesús es nuestra misión. La misión principal de Jesús en la tierra, fue cumplir con el plan de Dios: “…buscar y salvar lo que se había perdido.” Lucas 19:10.

Fue necesario que Jesús entregara Su vida para salvarnos.

El profeta Isaías lo escribió así: 4“Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores, y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. 5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su

llaga fuimos nosotros curados. 6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.” Isaías 53:4-6

Dios reveló Su plan para salvar a la raza humana de las consecuencias del pecado. La consecuencia del pecado es la muerte o separación eterna de Dios.

Jesús ya les había enseñado a sus discípulos, ya los había capacitado, y de igual manera nosotras hemos sido capacitadas, Su poder está en nosotras. (Mateo 28:19)

Nuestra misión tiene un elemento clave.

Una mujer inglesa llamada Gladys Aylward, viviendo en Inglaterra, con pocos estudios y trabajando de camarera en un hotel, ella fue impactada al saber que millones de chinos jamás habían escuchado el mensaje de Jesucristo, y decidió en medio de situaciones extremas y aparentemente imposibles, ir y servir en China durante más de 20 años, mostrando el amor de Dios a través de diferentes actos de servicio.

¿Cómo lo vamos a hacer? AMAR como Él nos ama, sirviendo a los demás, aprovechando las oportunidades que surgen, en el lugar donde hacemos las compras, con nuestras amigas o vecinas, entre otras. Todos necesitamos escuchar que Dios nos ama y que nuestra vida puede ser diferente, nosotras podemos llevar ese mensaje, al igual que lo hizo Gladys Aylward.

Para finalizar, todas tenemos una misión de parte de Dios, debemos darlo a conocer y rescatar a miles de almas del reino del mal para Su Reino.

Conocemos que la gente rechaza la salvación de Dios, cierra su corazón al mensaje. Pero, nosotras como misioneras podemos ayudar a los no creyentes a abrir su corazón a Dios, tenemos ese gran privilegio.

Nosotras fuimos rescatadas y estamos siendo transformadas en Nuevas Mujeres, que enseñan a otras a entrar en el Reino, cumpliendo nuestra misión.

Comparte el mensaje de las buenas nuevas al mundo. Que tengas una excelente semana.

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