LAS ESTACIONES DE MI VIDA
Por: Licda. Judith Cahuex Lemus
Al igual que las estaciones, las cuales son cíclicas, es importante que comprendamos que durante el tiempo que estemos en esta tierra, tendremos que pasar por situaciones de angustia, éxito, pérdida, felicidad, tribulación, altos y bajos. Y debemos tener claro que las viviremos más de una vez. Por supuesto, hay una gran diferencia cuando vivimos en Cristo y cuando vivimos siendo guiadas por nuestro buen Padre Celestial, haciendo Su voluntad.
Lo escrito en el libro de Juan 16:33 nos deja claro que no estamos solas, Dios va con nosotras “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo”.
Es inevitable pensar que el plan de Dios es que crezcamos y maduremos.
Es importante concentrarnos en la carrera que nos lleva a la vida eterna, debemos esforzarnos en poner nuestros ojos solo en Jesús, evitando las distracciones que nos apartan del Señor, como Pablo nos enseñó en Filipenses 3:13.
Y es que al hablarnos de olvidar lo que queda atrás, no significa que se nos borrarán los momentos dolorosos y/o alegres de nuestra vida, en absoluto, Pablo nos enseña a no arraigarnos a ninguna etapa de la vida, pues, ya sea de éxito o pérdida, debemos extendernos a lo que está delante, lo que Dios ha preparado para nosotras.
Casi es seguro que volveremos a atravesar situaciones difíciles, pero si nos dejamos moldear, si nos despojamos de nuestra vieja naturaleza, como cita Efesios 4:22-24, creceremos y seremos renovadas, transformadas a nuestra verdadera identidad, preparadas para resistir esas situaciones complicadas que en el transcurso de nuestra vida debemos afrontar.
Necesito tener una relación con mi buen padre
Nuestro propósito principal en la vida debiera ser amar y adorar a Dios, dedicar tiempo, energía y recursos para poder cultivar una relación íntima con el Padre, en oración, adoración, alabanza, entre otros.
Desafortunadamente, podemos distraernos con lo que el mundo nos ofrece, con lo que sucede a nuestro alrededor, pero si tenemos una relación íntima con Dios, el Espíritu Santo nos ayudará a discernir las situaciones y podemos crecer y vivir de acuerdo con Su Palabra. Nuestro ejemplo máximo es Jesús, Él actuaba y obedecía a Su Padre.
Es importante decir que, únicamente si tenemos una relación con el Padre, Él nos va a iluminar y revelar lo que está escrito en Su Palabra.
Para finalizar, así como las estaciones del tiempo nos permiten conocer si habrá frío, calor o lluvia, como mujeres debemos aprender a reconocer el tiempo, las diferentes etapas que vivimos y aunque no lo entendamos con nuestros cinco sentidos, podamos depender de Dios, porque tenemos una relación con Él, y creemos en Sus promesas.
Dios quiere que nos parezcamos a Jesús, en su manera de actuar y responder, sabiendo que también Él nos ha delegado autoridad, debemos tener valor para avanzar en la vida con la seguridad que Jesús ya venció todo en la cruz.
![]()
Nueva Mujer, que Dios te siga bendiciendo. ![]()
![]()
#NuevaMujer#LunesDeReflexión#UnaVozDeDiosParaTi#Mujeres#VidaCristiana

