CONTAGIADAS DE ESPERANZA
Por: Licda. Cindy de Pérez
La esperanza es una actitud, una inspiración poderosa, un estado de ánimo optimista o bien, la creencia de que algo positivo puede suceder de un momento a otro.
“Ahora, pues, permanecen la fe, la esperanza y el amor…” 1 Corintios 13:13 NVI
La Biblia nos dice que una de las tres cosas que permanecen cuando todo lo demás falla, es la esperanza, sin embargo, debe ser colocada en el lugar correcto.
¿En dónde está puesta nuestra esperanza? Puede ser en tu empleo, en la familia, en el esposo, los ahorros, nuestras capacidades o en el plan de retiro; todas estas cosas y muchas más son importantes como motivación en nuestra vida, pero, al final pueden decepcionarnos, porque esta clase de esperanza puede ser simplemente una ilusión o una motivación momentánea.
Si nuestra esperanza no está en Dios, no hay mucho que se pueda hacer o esperar, pero si ponemos nuestra esperanza en Dios hay mucho por hacer y más aún por esperar.
“Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado”. Romanos 5:5 NVI
¡ANÍMATE!
En la Palabra de Dios podemos encontrar todo lo que necesitamos cuando estamos sin esperanza o sentimos desfallecer, ella nos da el ánimo o valor que necesitamos. Podemos leer algunas escrituras que nos hablan sobre ello:
“Pon tu esperanza en el Señor; cobra ánimo y ármate de valor, ¡pon tu esperanza en el Señor!” Salmo 27:14 NVI
“Pues aun vuestros cabellos están todos contados. Así que, no temáis; más valéis vosotros que muchos pajarillos”. Mateo 10:30-31
El tener esperanza nos da ánimo, nos hace dar pasos de acción en fe y obediencia a Dios.
La esperanza nos hace perseverar, nos da firmeza y nos hace mantener la pasión para vivir en el plan de Dios.
Abraham es un buen ejemplo para nosotras, la Biblia dice que, “El creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme lo que se le había dicho”. Romanos 4:18. Para Abraham esa promesa tomó bastante tiempo en cumplirse, pero, aun así, él se mantuvo creyendo hasta que se cumplió.
Para finalizar, cuando somos intencionales y decidimos poner nuestra esperanza en Dios, nuestra vida también crece en diferentes aspectos, aprendemos a tener confianza, nuestra conducta es saludable, entre otros.
“Que el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y paz a ustedes que creen en él, para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu Santo.” Romanos 15:13 NVI
Este día, ¡contágiate de esperanza! ![]()
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