UN CORAZÓN CONFORME AL DE DIOS

La clave para vivir conforme al propósito de Dios es ser una mujer con el corazón conforme al corazón de Dios.

Tenemos el ejemplo de David. En Hechos 13:22 leemos: «Quitado éste, les levantó por rey a David, de quien dio también testimonio diciendo: He hallado a David hijo de Isaí, varón conforme a mi corazón, quien hará todo lo que yo quiero.»

No se trata de parecernos a Dios sino de hacer lo que Él quiera que hagamos. Para conformar nuestro corazón al de Él, tenemos que hacer lo que Él quiere.

Que lo que Él quiere se realice aquí en la tierra. Que nuestros sueños sean solamente los de Él, que todo lo que anhelamos sea lo que Dios quiera.

Mi corazón es engañoso:

“Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” Jeremías 17:9

Cuando llegamos a Dios nuestra vida cambia, dejamos de vivir una vida vacía pero nuestro corazón sigue siendo engañoso. Necesitamos a diario que el Rey venga y nos guíe. Al entender esta verdad damos un buen paso. No podemos «vivir o caminar» por «sentir», por lo que nuestro corazón dice, sino que debemos hacerlo por lo que dice la Palabra.

Meditemos en cuantos problemas o situaciones nos metemos por seguir a nuestro corazón.

Exponer mi corazón totalmente a la presencia de Dios:

Siempre hay cosas que no queremos decirle a Dios porque nos da pena reconocer que están en nuestro interior. Pero no nos olvidemos que Dios ya lo sabe porque Él los conoce todos. Para Dios es muy importante lo que confesamos con nuestra boca. La Salvación es el regalo más grande e increíble que tenemos y lo alcanzamos por confesión. Romanos 10:10.

El pecado no confesado produce muerte en nuestra vida. Cualquier pecado se lo tenemos que confesar a Dios en privado y Él nos perdona.

David sabía que no podía confiar en su corazón porque era perverso. David era un hombre que impresionaba a Dios por su corazón porque hacía esta oración: «Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos…» Salmo 139:23

¿Qué hábitos tenemos que cambiar? ¿Nos estamos descuidando? Tenemos pensamientos de envidia, enojo, ira, etc. A veces estamos muy metidas en nosotras mismas, compadeciéndonos a nosotras mismas. Dios nos dice «…tienes áreas que tienes que permitir que yo alumbre…»

Exponer el corazón debe ser una forma de vida, un hábito constante, porque así Él puede darle la forma que Él quiere que tenga.

El Espíritu de Dios está en medio de nosotras para sanar nuestro corazón, para recordarnos que en Él somos una Nueva Mujer.

Que tengas una semana llena de las bendiciones de Dios. 💜🤗

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