Trae a tu mente la imagen de una fogata encendida. En época de frío, ¡qué bien se siente estar abrigado! o en todo caso, cerca de una fogata o una chimenea, nadie desea que ese fuego se apague, nadie quiere pasar frío.
Uno de los graves problemas dentro y fuera del cristianismo es la falta de perseverancia. Jesús en el capítulo 15 del Evangelio de San Juan menciona mas de 10 veces la palabra permanecer, señalando con eso su importancia.
Jeremías estaba a punto de dejar el ministerio, cuando reconoció que había “un fuego en el corazón, metido en sus huesos” (Jeremías 20:9) ese fuego no le permitió desobedecer a Dios.
Nosotras tenemos que mantener avivado ese fuego que siempre nos moverá a vivir para Dios, a permanecer en Él.
¿Cómo podemos avivar el fuego?
Leños para avivar el fuego:
– La oración
– Escudriñar la Palabra de Dios
– Los talentos y habilidades para servir a los demás
– El corazón rendido
– TODA nuestra vida consagrada a Dios
Para finalizar, el fuego metido en el corazón mantendrá nuestra vida en un constante cambio. Cumpliéndose así lo que Salomón dijo: “La senda de los justos se asemeja a los primeros albores de la aurora:
su esplendor va en aumento hasta que el día alcanza su plenitud.” Proverbios 4:18 NVI
Oremos a Dios y pidamos que el fuego en nuestro corazón no se apague y que el anhelo constante de Su presencia no se termine.
Que tengas una semana llena de las bendiciones de Dios. ![]()
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