“¿Por qué te abates, oh alma mía, Y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.” Salmo 43:5
Estas palabras Espera en Dios; porque aún he de alabarle… tienen el significado que cuando espero en Dios y se cumple Su voluntad perfecta en mi vida yo seguiré alabándole porque todo lo que Dios tiene para mí me traerá bendición y gozo… Tal y como dice en Romanos 14:17 “…porque el reino de Dios… es… justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.”
– Justicia porque Él es un Dios justo y Él no va a castigarme… No debo pensar que cuando vengan situaciones difíciles a mi vida es un “castigo por mis pecados”. Cristo ya pagó mi deuda en la cruz y por medio de Cristo yo ya he sido justificada, soy perdonada.
– Paz, porque en Él tengo paz, cuando deposito totalmente mi confianza en Él puedo creer que Dios calmará la tormenta, me ayudará a salir de cualquier situación difícil y entonces vendrá la tan anhelada paz a mi ser.
– Gozo, porque Él me ha pedido que me regocije en Él siempre (Filipenses 4:4). Entonces, aunque la tormenta, o una situación difícil sea grande, yo puedo tener gozo porque tengo la confianza que Dios está a punto de calmar la tormenta en mi vida.
Así como lo hizo en esa barca (Mateo 8:23-27.)Jesús es el capitán, y nosotras las tripulantes dispuestas a esperar, obedecen sin discutir, sin argumentar, sin renegar, cada una de las disposiciones que Él tiene… Jesús está contigo, no tienes nada de qué temer.
“Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén.”
Efesios 3:20-21Cuando sientas que no puedes creer, que te es difícil poner totalmente tu confianza en Él, también puedes clamar pidiendo fe: “Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible. E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad.” Marcos 9:23-24Y si aún te sientes desmayar, recuerda que nosotras nos acercamos ante Dios NO confiando en nuestras justicias, sino porque confiamos en sus muchas misericordias para con nosotras.
“Inclina, oh Dios mío, tu oído, y oye; abre tus ojos, y mira nuestras desolaciones… porque no elevamos nuestros ruegos ante ti confiados en nuestras justicias, sino en tus muchas misericordias. Oye, Señor; oh Señor, perdona; presta oído, Señor, y hazlo; no tardes, por amor de ti mismo, Dios mío; porque tu nombre es invocado sobre tu ciudad y sobre tu pueblo.” Daniel 9:18-19.
Oramos para que esta palabra sea de edificación a tu vida. No dejes de compartirla.
¡Dios te bendiga!

