HACIENDO LO BUENO

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Hacer el bien puede ser un trabajo agotador. Es fácil desanimarse, perder interés en nuestra tarea, o aun darse por vencido.
 
“No debemos cansarnos de hacer el bien. Si no nos rendimos, tendremos una buena cosecha en el momento apropiado.” Gálatas 6:9 PDT
 
Hacer el bien es semejante a la siembra del grano en el campo. No veremos los resultados de la siembra inmediatamente, pero sí en su tiempo.
 
Si el sembrador se cansa de tirar la semilla y solo siembra la mitad del campo, solo cosechará la mitad. Si queremos una cosecha completa de buenas obras, debemos sembrar y tener paciencia como el sembrador que espera el precioso fruto de la tierra. (Lee Santiago 5:7)
 
¿Qué crees que será nuestra cosecha si no nos cansamos de sembrar buenas obras?
 
Sabemos que las buenas obras, hechas como para El Señor, producirán una buena cosecha. Dando es como recibimos, puedes traer consuelo y alivio a las personas necesitadas el extenderte al necesitado puede detener el deterioro moral de la sociedad y hacer de nuestro país sea mejor lugar para vivir (lee 1 Timoteo 2:1-4) Al final, El Señor recompensará al que hace buenas obras por el fiel servicio que hizo en la tierra.
Cuando tenemos amor a Dios, nuestra compasión debe extenderse hacia todos los que influyamos.
 
¿Estás dispuesta a hacer lo bueno?
 
Demostrando nuestra firme dedicación al mandato del amor a nuestro prójimo, también estaremos creando un ambiente que atraerá a otros a la familia de Dios.
 
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