EL GOZO

Tener gozo en nuestra vida no es lo mismo que alegría, el gozo va más allá y la alegría es temporal. Los seres humanos manejamos emociones, nos movemos por emociones, pero en la terminología bíblica ambas palabras: “gozo y alegría” no son sinónimas.

El gozo del que habla la Biblia solamente lo puede dar el Espíritu Santo. Ese gozo es “aquello” que viene a nosotros en medio de situaciones difíciles, es aquello que hemos experimentado llamándolo paz, o tranquilidad, o confianza o simplemente bienestar. Este gozo viene de la relación personal que tenemos con Dios.

El Espíritu Santo nos tranquiliza transmitiéndonos que podemos confiar y descansar en Él. Cuando hay intervención divina en nuestra vida experimentamos bienestar, tranquilidad, serenidad, porque sabemos que Dios está interviniendo en esas situaciones en las que nosotros no podemos hacer nada. Él interviene en nuestra vida para hacernos saber que Él está en control.

El apóstol Pablo escribió en la carta a los Filipenses: “Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!.. Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.”

Vivamos agradecidas con el Señor por ese preciado regalo que nos da de poder tener Su Gozo en nuestro corazón.

 

ELGOZO

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