“El pueblo unido, jamás será vencido”, es una frase de una canción chilena que se utiliza para organizar y mostrar resistencia al gobierno o a alguien en particular. Esta frase se ha convertido en el lema de muchas causas, hoy con ella queremos ilustrar lo que las mujeres unidas en Cristo somos capaces de realizar.
HISTORIA DEL TÚNEL MONT BLANC: Franceses e italianos construyeron un túnel que conectó Francia con Italia, el reto era de 9 km. y medio de largo, a través de la montaña, bajo 2,480 mts2 de roca, se cree que gastaron $6,000 millones de dólares en el proyecto y muchas horas de trabajo, 18 hombres perdieron la vida durante la construcción, ambos equipos trabajaron muy duro, manteniendo su propósito en mente, un equipo inició del lado de Francia y otro del lado de Italia, al final se encontraron a tan solo UN METRO Y MEDIO EL UNO DEL OTRO, ellos lograron terminar el objetivo por el cual trabajaron mucho, ¿por qué crees que lo lograron?
En la Biblia encontramos la historia de un hombre que tuvo un llamado de Dios, que lo preocupó de tal forma que decidió ponerse inmediatamente a trabajar en la obra que le fue encomendada, su nombre era Nehemías, él aceptó el reto de restaurar los muros de la ciudad de Jerusalén, más no lo hizo solo.
Nehemías 2:18 “Entonces les declaré como la mano de Dios había sido buena sobre mí, y asimismo las palabras que el rey me había dicho. Y dijeron: Levantémonos y edifiquemos. Así esforzaron sus manos para bien”. EL PUEBLO SE PUSO DE ACUERDO Y TRABAJARON JUNTOS PUES QUERIAN EDIFICAR LA CIUDAD.
Nehemías 4:17: “Los que edificaban en el muro, los que acarreaban, y los que cargaban, con una mano trabajaban en la obra, y en la otra tenían la espada”.
Hubo amenazas por la reconstrucción de la ciudad, algunos trabajadores se fueron y los que quedaron tuvieron que armarse por si se daba un ataque. Esto en nuestro tiempo, nos puede ejemplificar que no siempre es fácil iniciar una tarea para Dios, algunas o algunos se opondrán, pero nosotras, cuando recibimos algo de Dios para hacer, debemos estar seguras que Él nos dará lo que necesitemos y nosotras mantenernos en oración para no ser vencidas.
En nuestros grupos pueden existir algunas mujeres con falta de madurez o crecimiento en Dios, algunas que critican el trabajo de las demás, algunas mujeres que les cuesta caminar como dice la Palabra de Dios y siguen siendo débiles al pecado, es posible que algunas de nosotras ya superamos eso y ahora nos consideramos fuertes y con más conocimiento y entendimiento de Su Palabra, entonces tenemos una tarea: animar y guiar a las débiles, enseñándoles a vivir de acuerdo a la voluntad de Dios.
DEBO APRENDER A RELACIONARME CON LAS DEMÁS, COMO CRISTO QUIERE HACERLO CONMIGO: Lee estas escrituras: 1ª. Tesalonicenses 5:14, 2ª. Corintios 1:3-4, y Filipenses 2:5-8
Somos llamadas a consolar, escuchar, servir y amar a otras mujeres. Al relacionarme con otras mujeres, debo mostrar y mejor si es sin hablar, lo que Dios ha hecho en mí, manifestando el fruto que Él quiere que demos: “…amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza…” Gálatas 5:22.
Debo tener también un corazón dispuesto a perdonar y tener gozo al servir, en base a mi gratitud a Dios. “con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor”. Efesios 4:2.
En conclusión ¡Las mujeres unidas, jamás serán vencidas!, puede parecer parte de una lucha política, pero en este caso NO, en nosotras es necesaria la unidad que Jesucristo anhela en Su pueblo por su causa, Cristo es la cabeza de la Iglesia, quien la dirige y ha delimitado cada parte de su cuerpo, para que todos los miembros juntos funcionen en armonía y unidad y que la Palabra de Dios sea predicada en todo el mundo y principalmente a nuestro alrededor, a nuestra familia, a nuestras amigas, vecinas, compañeras de trabajo, etc. Dios espera que cada día, usted y yo nos parezcamos más a Su Hijo y seamos sus embajadoras ante este mundo.

